Foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El sector de la construcción en México representa uno de los motores fundamentales de la economía nacional. Datos de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), estiman que en 2025 la población ocupada en este rubro alcanza los 8,54 millones de personas. La magnitud de esta cifra refleja la importancia de los trabajadores que diariamente edifican hogares, edificios, carreteras y espacios públicos, impactando directamente en el desarrollo y modernización del país.
Según la ENEC, el 96,6% de los trabajadores de la construcción son hombres, quienes perciben un salario mensual promedio de 7,970 pesos mexicanos. Las mujeres representan un 3,42% del total, con un ingreso promedio de 8,230 pesos mensuales. Estos datos permiten dimensionar no sólo la relevancia del sector en términos de empleo, sino también su papel como sustento económico para millones de familias.
La construcción contribuye aproximadamente al 7% del Producto Interno Bruto (PIB) en México, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el INEGI. Este sector, además de generar empleos directos, detona actividades en industrias relacionadas, tales como la producción de cemento, acero, vidrio, maquinaria y transporte. La cadena productiva que rodea la construcción involucra múltiples sectores, consolidándose como un eje clave para la economía.
Cada 3 de mayo se cobra relevancia para quienes trabajan en obras y proyectos de infraestructura. En esa fecha se celebra el Día de la Santa Cruz, festividad que rinde homenaje a los albañiles, quienes son considerados parte fundamental del progreso nacional. El evento incluye la colocación de una cruz de madera adornada con flores y papel de china, previamente bendecida. Esta tradición combina elementos religiosos con expresiones culturales propias del país, resaltando el valor social y simbólico de los trabajadores.
Al analizar el contexto histórico, la celebración de la Santa Cruz tiene sus raíces en la religión católica y en creencias indígenas prehispánicas. Para las comunidades originarias, la cruz simbolizaba los puntos cardinales y era utilizada en rituales agrícolas para pedir lluvias y buenas cosechas. Tras la llegada de los españoles, esta práctica adquirió un carácter religioso, extendiéndose a obras de construcción como casas, iglesias y conventos, donde la mano de obra indígena desempeñaba un papel protagónico.
Empresas dedicadas a suministrar materiales para construcción, entre ellas Materiales San Cayetano Express, reconocen el aporte de los albañiles no sólo durante esta celebración, sino durante todo el año. De acuerdo con información para NotiPress, su compromiso con la motivación, calidad y responsabilidad busca reforzar un entorno laboral digno, esencial para garantizar proyectos seguros y eficientes.
Igualmente, el sector también enfrenta retos significativos, incluyendo condiciones laborales, seguridad en obras y acceso a prestaciones sociales. De acuerdo con el IMSS, sólo una fracción de los trabajadores de la construcción cuenta con seguridad social, lo que representa un desafío para autoridades y empresas en términos de formalización y protección de derechos laborales.
De este modo, el papel de los albañiles trasciende el ámbito económico, pues su labor define la fisonomía de ciudades, pueblos y comunidades. Su esfuerzo constante se traduce en espacios habitables, obras públicas funcionales y una infraestructura que impulsa la actividad productiva a nivel nacional. La celebración del 3 de mayo, más allá del acto simbólico, pone en primer plano la importancia de reconocer a quienes, día a día, levantan los pilares físicos del país.
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