Robin Ressler (WikiCommons: WMEC 913) (foto sin cambios)
Tras un incremento en los flujos migratorios desde Haití, el gobierno mexicano junto con organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desarrollaron una iniciativa, la cual busca incentivar la integración social. Este programa pretende estabilizar la creciente problemática y solventar las necesidades de migrantes haitianos en el país. En este sentido, se busca regularizar la migración para garantizar el adecuado desarrollo y protección de las personas refugiadas, puesto a que se encuentran en condiciones de extrema vulnerabilidad.
De acuerdo con cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), la población migrante de Haití es una de las principales solicitantes de asilo en México. Bajo esta línea, el país caribeño atraviesa una grave crisis económica y política debido a múltiples factores, entre ellos las secuelas de desastres naturales y el reciente asesinato de Jovenel Moïse, presidente de la nación. Estas circunstancias propician el desplazamiento de los individuos, quienes enfrentan peligros como violencia sexual, explotación, secuestro, inseguridad alimentaria, trata de personas y la violación de derechos humanos durante su proceso migratorio.
Para combatir dicho fenómeno, autoridades mexicanas junto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) coordinaron el Programa de Integración Local. Este proyecto facilita el aprendizaje del español, la emisión de documentos oficiales y la reinserción académica y laboral, incluso para aquellos que no sean solicitantes de la condición de refugiado.
Con dicha iniciativa se pretende reubicar a las migrantes haitianos en el sur del país bajo la intención de establecerlas en el centro y el norte de la nación, donde existen mejores oportunidades laborales, académicas, de vivienda y de salud. En este sentido, se busca proteger los derechos humanos y laborales de la población migrante, así como facilitar el acceso a servicios básicos.
El proyecto local se coordinará junto con la Embajada de Haití en México y dependerá de la ACNUR para el traslado e inserción social y académica de migrantes haitianos. Por su parte, la OIM tendrá la responsabilidad de identificar los perfiles admisibles para su integración en el programa piloto conforme al criterio de las autoridades migratorias.
No obstante, la ACNUR y la OIM recalcan la necesidad de generar alternativas para una regularización eficaz y con mayor alcance de migrantes haitianos. Según los organismos mencionados, fortalecer las opciones de asilo para la población vulnerable a través de vías integrales fomentaría un desarrollo comunitario sostenible, el cual aseguraría el progreso y la protección de los involucrados.
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