Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Los cambios demográficos plantean desafíos tanto para las economías con poblaciones envejecidas como para aquellas con poblaciones jóvenes en crecimiento. Según el Foro Económico Mundial (WEF), mientras que una fuerza laboral envejecida puede limitar el crecimiento económico, una población joven en rápido aumento podría generar desempleo si no se logra una adecuada prosperidad económica.
El WEF sugiere que la solución para ambos escenarios radica en invertir en innovación, inclusión, sostenibilidad y resiliencia, lo cual permitirá mejorar el bienestar social y la salud del planeta para las generaciones presentes y futuras. Además, enfatiza que la productividad debe ser una prioridad para los países y su capacidad de adaptación a estas transiciones demográficas.
De acuerdo con las proyecciones del WEF, se espera que la población mundial disminuya a partir de 2064, lo que hará esencial que los países busquen nuevas formas de asegurar el crecimiento económico. La clave, señala el informe, será aumentar la participación laboral y la productividad. Entre las medidas sugeridas están la prolongación de la vida laboral, el aumento de las horas de trabajo y la promoción de la migración. Sin embargo, advierte que estas estrategias podrían generar resistencia social al modificar normas culturales profundamente arraigadas.
Una de las opciones sugeridas por el WEF es fomentar la migración para resolver la escasez de mano de obra, siempre y cuando se garantice una integración inclusiva de los migrantes en las comunidades receptoras. No obstante, la migración también puede generar tensiones sociales o provocar la "fuga de cerebros" en los países de origen.
Según el WEF, tanto las economías jóvenes como las más envejecidas deben enfocar sus estrategias en cuatro pilares del crecimiento sostenible:
Las políticas nacionales de crecimiento deben responder, de acuerdo al WEF, a una pregunta crucial: "¿Cómo evolucionará esto en 50 años?". La respuesta, afirman los expertos del foro, será la hoja de ruta para construir sociedades más inclusivas y resilientes que puedan adaptarse a los desafíos que implica el envejecimiento poblacional. Además, subraya la necesidad de un nuevo acuerdo social entre gobiernos y ciudadanos para que las transiciones demográficas no se conviertan en un obstáculo, sino en una oportunidad para redefinir el crecimiento económico de manera sostenible.