Ciudad de Buenos Aires,
Axel Olivares
Crédito foto: Oficina del Presidente
Con un holgado resultado en las elecciones legislativas y un acuerdo bilateral con Estados Unidos avanzando exitosamente, el gobierno de Javier Milei se siente renovado y fresco para avanzar en su segunda etapa. En un discurso ofrecido el 19 de noviembre desde la sede de Corporación América, el presidente habló acerca de una nueva etapa de reformas estructurales. Durante su intervención, aseguró que el país está al inicio de una transformación económica y política sin precedentes, impulsada por el nuevo respaldo legislativo y el apoyo popular consolidado durante los últimos dos años.
Luego de celebrar el superavit fiscal obtenido en octubre, el mandatario afirmó que su administración dedicó la primera etapa de su gestión a estabilizar la macroeconomía y controlar el déficit fiscal, lo que describió como "el trabajo sucio" necesario para sentar las bases del crecimiento. A partir de esta etapa, según expresó, comenzará un ciclo orientado al desarrollo, con foco en nuevas reformas laborales, tributarias y de seguridad. "Abróchense los cinturones, porque van a haber muchas más reformas", anticipó Milei frente a empresarios y figuras del sector privado.
El jefe de Estado enfatizó que por primera vez en décadas, "tenemos un pueblo comprometido con arreglar los desastres que cien años de populismo generaron" y sostuvo que su Gobierno está dispuesto a hacer realidad ese mandato ciudadano. Entre los objetivos de su gestión para esta nueva fase se incluye duplicar el Producto Interno Bruto (PIB) cada siete años, sobre la base de un crecimiento sostenido de entre 7% y 10% anual, apoyado en inversiones y productividad.
Milei destacó que el equilibrio fiscal fue alcanzado mediante una reducción del gasto equivalente a 7,5 puntos del PIB y una rebaja de impuestos de 2,5 puntos. De acuerdo con sus cálculos, el ajuste total representa 15 puntos del PIB, de los cuales 10 fueron absorbidos por el Banco Central, lo que habría facilitado la recuperación del crédito interno.
Durante su discurso, el presidente remarcó la importancia de mantener la responsabilidad fiscal y política para sostener el crecimiento, aunque advirtió que los resultados en el poder adquisitivo no serán inmediatos. "Va a ser una mejora paulatina en el bolsillo de la gente. Pero tengan la certeza de que los argentinos de bien van a estar cada día un poco mejor", expresó.
Al igual que en varias oportunidades, Milei dedicó un fragmento de su discurso a su concepto de "batalla cultural" para la promoción de ideas de libre mercado como motor de desarrollo. "Estamos ingresando ahora en un círculo virtuoso, donde crecimiento económico y batalla cultural se retroalimentan", aseguró, e insistió en el fin del "socialismo" en la cultura del país. "La credibilidad y el futuro de la Argentina dependen de que esas ideas no vuelvan a conquistar el ideario popular. No podemos permitir de nuevo que el socialismo frene en seco el proceso de acumulación de capital argentino", afirmó.
Hacia el final de su exposición, Milei enumeró las oportunidades económicas del país, entre ellas la explotación de recursos naturales, la inversión en inteligencia artificial y el relanzamiento del sector energético nuclear. Afirmó también que Argentina puede transformarse en un referente global si mantiene el rumbo actual. Al igual que se habla de "crecer a tasas chinas, Milei aseguró que algún día el mundo hablará de "crecer a tasas argentinas".
"Nada de esto sucederá por arte de magia. Requiere inversión local y extranjera para recapitalizar un país brutalmente descapitalizado", indicó Milei haciendo un llamado a la acción colectiva. Para finalizar, señaló el objetivo que guía su administración: "Una de las cosas que nosotros hemos decidido desde el primer momento en que llegamos a la administración fue, al menos esa es mi tarea, fijar el norte, decir a dónde queremos ir y qué instrumentos está permitido usar y qué instrumentos no voy a tolerar que usemos".