Ciudad de Buenos Aires,
Martín Olivera
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El acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur atraviesa días cruciales para su definición, tras cerrarse el texto final de sus cláusulas de salvaguardia y en medio de protestas masivas en Bruselas. El texto fue acordado el miércoles 17 de diciembre entre representantes del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE. Su eventual firma está prevista para el sábado 20 de diciembre en la ciudad brasileña de Foz de Iguazú.
Gabriel Mato, negociador jefe del Parlamento Europeo, declaró: "hemos acordado un mecanismo de salvaguardia firme, rápido y jurídicamente sólido que nos permite responder de manera oportuna a las perturbaciones del mercado y ofrece la certeza que el sector lleva tanto tiempo reclamando". El acuerdo incluye un umbral del 8% de incremento en importaciones o caída de precios que activaría investigaciones de la Comisión Europea sobre productos como carne, huevos, azúcar y cítricos. La propuesta original del Consejo fijaba ese umbral en un 10%, mientras que el Parlamento impulsaba reducirlo al 5%.
Los procedimientos definidos contemplan una duración máxima de seis meses para las investigaciones, o cuatro meses en el caso de productos especialmente sensibles. En caso de comprobarse un perjuicio, los beneficios arancelarios pactados podrán suspenderse de forma temporal.
Una propuesta del Parlamento Europeo para incluir una cláusula espejo fue finalmente descartada por considerarse jurídicamente incompatible con el texto negociado. No obstante, la Comisión se comprometió a emitir una declaración que busque "asegurar una alineación más potente de los estándares de producción que se aplican a los productos importados, especialmente en cuanto a bienestar animal y pesticidas en los países del Mercosur", según se informó desde la Eurocámara.
Mientras tanto, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que no habrá más intentos de negociación si la firma vuelve a postergarse. "Si no lo hacemos ahora, Brasil no firmará más acuerdos mientras yo sea presidente", afirmó en una reunión ministerial.
Desde Argentina, el presidente Javier Milei confirmó su presencia en la cumbre del sábado. Aunque había cuestionado anteriormente al bloque, decidió participar como gesto hacia la región. "El Mercosur incumplió su objetivo original, cercenó libertades económicas y privó de oportunidades a los privados de la región", expresó durante la última cumbre en Buenos Aires.
A pesar del avance técnico, el Consejo Europeo debe ahora votar el acuerdo con mayoría cualificada. Francia e Italia reiteraron sus reservas, argumentando que los productores europeos quedarían expuestos a una competencia desigual. "Consideramos que aún no hemos llegado a ese punto y que el acuerdo no puede firmarse", dijo Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Paralelamente a las discusiones en Bruselas, miles de agricultores europeos se movilizaron contra el acuerdo. Las protestas incluyeron más de 150 tractores bloqueando calles del centro, enfrentamientos con la policía y reclamos por la apertura a productos agrícolas sudamericanos. Según medios internacionales, las manifestaciones fueron impulsadas por organizaciones rurales que denuncian falta de garantías para el sector agrícola europeo.
El desenlace del acuerdo se definirá en las próximas horas. Líderes de ambos bloques aguardan la decisión del Consejo Europeo, que podría permitir la firma del tratado este fin de semana o postergar una vez más un proceso que lleva más de 26 años en negociación.