Ciudad de Buenos Aires,
Martín Olivera
Crédito foto: Flavio Bolsonaro
La candidatura presidencial de Flávio Bolsonaro para 2026 reconfigura el escenario político de Brasil y suma un nuevo componente a las transformaciones que atraviesan América Latina. En un contexto donde los vínculos entre Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump muestran señales de distensión, el surgimiento del hijo del expresidente Jair Bolsonaro marca una nueva etapa en la disputa conservadora regional.
Dicha confirmación llegó mediante una carta escrita por Jair Bolsonaro desde su lugar de detención. En el texto, leído por Flávio frente a un hospital de la capital brasileña, se expresa: "Tomo la decisión de nombrar a Flávio Bolsonaro como precandidato a la Presidencia de la República en 2026". El anuncio se produjo horas antes de que el exmandatario fuera intervenido quirúrgicamente por una hernia bilateral, y formaliza la transferencia política a su hijo mayor.
El gesto ocurre mientras Lula da Silva consolida su posición como líder en las encuestas. Según datos de AtlasIntel recogidos en diciembre, el presidente obtendría un 48% de apoyo en primera vuelta, seguido por Flávio Bolsonaro con un 21%. En una eventual segunda vuelta, la diferencia se amplía a 53% frente a 41%.
La postulación de Flávio Bolsonaro coincide con un giro diplomático inesperado. El 23 de diciembre, Lula afirmó que mantiene una buena relación con Trump: "Acabamos haciéndonos amigos", declaró en el Palacio de Planalto, al referirse al vínculo con el presidente estadounidense. La frase se produjo luego de una serie de contactos directos entre ambos mandatarios, tras un periodo de tensión provocado por las sanciones impuestas a funcionarios brasileños tras la condena judicial a Jair Bolsonaro.
Durante meses, el vínculo entre Trump y Lula se mantuvo en un estado de tensión diplomática. Sin embargo, luego de una reunión en Kuala Lumpur en octubre, ambos gobiernos iniciaron un proceso de recomposición diplomática. En ese marco, Washington redujo aranceles sobre productos brasileños y retiró sanciones contra el juez que instruyó el caso contra Bolsonaro.
A nivel internacional, el nuevo escenario comienza a influir en la dinámica política brasileña. Con el expresidente inhabilitado y cumpliendo una condena de 27 años por intento de golpe de Estado, el liderazgo conservador brasileño se redefine con Flávio como figura central. En palabras de Jair Bolsonaro: "Una decisión consciente, legítima y amparada en el deseo de preservar la representación de aquellos que confiaron" en su gestión.
El contexto latinoamericano también muestra un ascenso de gobiernos de derecha. En 2025, la oposición conservadora obtuvo triunfos en Chile, Bolivia y Honduras, consolidando un bloque regional con nuevas expectativas de articulación. En contraste, Brasil mantiene a un presidente progresista en funciones, aunque la contienda de 2026 podría alterar nuevamente el mapa.
La designación de Flávio Bolsonaro como precandidato introduce así un nuevo actor en la disputa política regional, en medio de movimientos diplomáticos que exceden las fronteras brasileñas. Con Lula al frente del oficialismo y un escenario conservador en expansión, el posicionamiento internacional será un eje clave de la campaña que se avecina.