Foto: Gustavo Torres (NotiPress)
Un nuevo paro gremial de los empleados de Aerolíneas Argentinas desbarajusta una vez más el tráfico aéreo, provocando la cancelación de 150 vuelos. Más de 15 mil personas se vieron afectadas por la medida de fuerza, la cual hizo que la empresa sacara vuelos especiales para descomprimir la acumulación de pasajeros. Además, se realizaron reprogramaciones sin costo para los vuelos que se encontraban dentro de la franja horaria del paro.
Desde la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) confirmaron el paro en su cuenta de X: "Ante la evidente falta de voluntad por parte de Aerolíneas Argentinas para avanzar en una recomposición salarial que se ajuste a los indicadores inflacionarios, vamos a profundizar las medidas de acción gremial". Por su parte, AAA agregó que "ante la falta de un acuerdo salarial justo, la Asociación Argentina de Aeronavegantes anunció paros parciales en el Aeroparque Jorge Newbery y en el Aeropuerto de Ezeiza para este próximo viernes 6 de septiembre".
La empresa, la cual el Gobierno intentó privatizar sin éxitos mediante la ley Bases se encuentra cada vez más al rojo vivo después de dos paros en el mes de agosto y el despido de 1.500 empleados. Para colmo, la gestión de Aerolíneas de Fabián Lombardo anunció que descontará las horas o los días no trabajados por los empleados que se unan a la medida. Este nivel de tensión expone algunas características del problema que atraviesa la aerolínea estatal bajo la administración de Javier Milei.
Inflación
El contexto económico juega un papel clave en este conflicto. Los sueldos de los empleados de Aerolíneas quedaron rezagados frente a la inflación, lo cual incrementó las tensiones y las amenazas de paros.
Sin embargo, a diferencia de años anteriores, la administración actual no solicitó aumentos de subsidios al Tesoro Nacional para cubrir estos costos adicionales, dejando a los gremios en una posición complicada.
Los planes del Gobierno con la aerolínea
En el trasfondo de este conflicto se encuentra una cuestión más amplia sobre el futuro de Aerolíneas Argentinas. Aunque la legislación aprobada por el Congreso durante el tratamiento de la ley Bases prohíbe la venta de la empresa estatal, la administración de Lombardo, basada en la austeridad que caracteriza al actual Gobierno, planea reducirla a su mínima capacidad.
Esto se debe a que la compañía requirió cerca de 10 mil millones de dólares en subsidios desde su estatización en 2008, lo cual generó debates sobre su viabilidad financiera y su rol en el mercado aéreo local.
A la vista de los pasajeros
Frente al rechazo a la propuesta de aumento salarial, las autoridades les permitieron a los gremios realizar el paro. El conflicto tuvo una repercusión directa en los pasajeros, quienes expresaron su descontento hacia los gremios. Este pasa a ser un nuevo componente que condiciona las negociaciones.
Las protestas y paros generaron molestias similares a las observadas en enero, cuando los maquinistas ferroviarios detuvieron los trenes. La opinión pública comenzó a ver estas acciones como "extorsivas", un claro indicativo de que la paciencia de los ciudadanos frente a estos conflictos laborales se está agotando.
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