Designación de un militar como ministro de Defensa alimenta la polémica sobre su legalidad

 25-11-2025
Judith Moreno
   
Portada | Argentina
Foto: X @TGCarlosPresti

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El presidente Javier Milei encabezó el 25 de noviembre en el Salón Blanco de la Casa Rosada la ceremonia de entrega de sables a miembros de las Fuerzas Armadas, en un acto que marcó la primera aparición pública junto al designado ministro de Defensa, Carlos Presti, actual jefe del Ejército. Aunque aún no hay fecha confirmada, en el Gobierno indicaron que la asunción de Presti podría concretarse dentro de dos semanas, coincidiendo con la entrega oficial de los aviones F-16.

Su selección ha sido objeto de debate, ya que Presti será el primer militar en actividad en asumir el cargo de ministro de Defensa desde el retorno de la democracia en 1983. La decisión no solo ha generado fuertes cuestionamientos desde el kirchnerismo, sino también desde el macrismo. El exministro, Oscar Aguad, fue tajante en cuanto a esta asignación: "La única prevención que tengo es que no se puede nombrar un militar en actividad. Me parece que Presti debiera pasar a retiro, primero porque la ley no lo permite, los militares no pueden mezclarse en política y además para no crear confusiones".

De acuerdo con la Constitución Nacional, la ley no prohíbe de forma explícita la designación de un militar activo como ministro, pero sí establecen una distinción entre el mando militar y el control político civil del Gobierno. La Ley 23.554, en su artículo 10, indica que el Presidente conduce las Fuerzas Armadas con la asistencia del ministro de Defensa, quien coordina actividades no reservadas al Jefe de Estado. Para cumplir con este principio de subordinación civil, la práctica vigente ha sido nombrar civiles o militares retirados en ese cargo.

Al mismo tiempo la Ley 19.101, artículo 38, inciso 2, avala la disponibilidad del personal de las Fuerzas Armadas: "el personal superior del cuadro permanente que fuere designado por el Poder Ejecutivo para desempeñar funciones o cargos no vinculados a las necesidades de los comandos en jefe de las fuerzas armadas y no previstos en las leyes nacionales o sus reglamentaciones correspondientes, y que impongan su alejamiento del servicio efectivo, desde el momento que tal designación exceda los dos meses, hasta completar seis meses como máximo".

Es por eso que Aguad sostiene que "el Ministerio de Defensa debe estar dirigido por un civil", recordando que una de las bases del sistema democrático posdictadura es la conducción política no militar de las Fuerzas Armadas. En la misma línea, el exministro Jorge Taiana señaló que esta decisión implica "la utilización partidaria de las FFAA" y advirtió sobre el riesgo de que queden "involucradas en el destino del gobierno".

Mientras tanto, la Casa Rosada anunció que el funcionario electo no pedirá el pase a retiro para ocupar el nuevo cargo, sino que lo hará bajo la figura de "disponibilidad", una categoría que, según indicaron, le otorga un rango que le permite tomar una suerte de "licencia" sin retirarse efectivamente del Ejército.

La Oficina del Presidente celebró la decisión en un comunicado oficial, destacando que se inaugura "una tradición que esperamos que la dirigencia política continúe" y criticando lo que calificó como "la demonización de nuestros oficiales, suboficiales y soldados". Presti, por su parte, publicó en redes: "Gracias Presidente Javier Milei por elegirme para este nuevo desafío (...) Las Fuerzas Armadas tienen y deben estar a la altura del nuevo rol protagónico que la Argentina tendrá en el mundo de la mano del Presidente Milei".

El futuro ministro asumirá con varios desafíos: resolver la crisis financiera del IOSFA, enfrentar los retrasos salariales del personal militar y definir la sucesión en la cúpula castrense, donde ya se anticipa la salida del brigadier Xavier Isaac. La continuidad de otros jefes también permanece en duda a partir de esta reestructuración.

Contenido actualizado el 25-11-2025 17:22




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