Foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reúne el viernes 11 de octubre para debatir una posible reforma en su política de cargos y sobrecargos, un tema de gran relevancia para Argentina. Este debate se produce en un contexto en el cual el país busca aliviar la carga de su deuda con el organismo, un motivo de preocupación y demanda constante por parte de los sucesivos gobiernos argentinos.
Desde la gestión del exministro de Economía Martín Guzmán, se insistió en la necesidad de reducir las sobretasas que el país abona al FMI. Guzmán, junto al Nobel de Economía Joseph Stiglitz, propuso una reforma que incluye tres puntos clave: la disminución de los sobrecargos, el incremento del umbral a partir del cual se aplican estos cargos, y una reducción de la tasa base.
Esta propuesta ganó apoyo internacional evidenciado por la adhesión de economistas de renombre y líderes de otros países. Los sobrecargos son tasas adicionales que el FMI impone a los países que solicitaron préstamos superiores a sus cuotas asignadas o que demoran en el pago. Para Argentina, la eliminación o reducción de estos recargos podría significar un ahorro significativo ya que actualmente el país paga alrededor de 400 millones de dólares anuales en este concepto.
La crítica a la política de sobrecargos del FMI se centra en que esta medida es regresiva y procíclica, penalizando a los países en momentos de mayor necesidad cuando más requieren acceso a financiamiento. A pesar de que el FMI argumenta que estos recargos están diseñados para desalentar el endeudamiento excesivo, muchos economistas sostienen que, en la práctica, agravan los problemas de deuda y obstaculizan la recuperación económica de los países afectados.
A lo largo de los años, el reclamo argentino encontró un eco creciente en la comunidad internacional. Durante la pandemia de Covid-19, el gobierno de Alberto Fernández llevó el pedido a foros como el G20, aunque enfrentó la resistencia de algunos de los principales accionistas del FMI, incluidos Estados Unidos. Sin embargo, la presión aumentó con más de 150 economistas apoyando una revisión de estas políticas.
Con la nueva administración de Javier Milei, este reclamo siguió vigente, con la canciller Diana Mondino y otros funcionarios planteando el tema en reuniones con autoridades estadounidenses. A medida que la situación económica en Argentina sigue siendo delicada, la posibilidad de una reforma en la política de sobrecargos podría representar una oportunidad para mitigar el impacto de la deuda en el presupuesto nacional.
Por lo tanto, la reunión del directorio del FMI será crucial no solo para Argentina, sino también para otros países que enfrentan circunstancias similares. La posibilidad de que se adopten cambios significativos en la política de sobrecargos podría allanar el camino para un enfoque más sostenible en la gestión de la deuda por parte de los países deudores.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS
