Foto: Vocería Presidencial
Luego de que la Cámara de Diputados rechazara el DNU presentado por Poder Ejecutivo el cual aumentaba por 100 mil millones de pesos los fondos reservados de la nueva Secretaría de Inteligencia de Seguridad de Estado (SIDE), el Gobierno apuntó contra el Congreso, y a todos los partidos opositores. Esto por haberle dado la espalda a la iniciativa del oficialismo, acusando incluso a los sectores que acompañaron en numerosas oportunidades al gobierno de Javier Milei de "ingratos".
Con 156 votos a favor y 52 en contra, la Cámara Baja declaró nulo el decreto presidencial para el "Fortalecimiento del Sistema de Inteligencia Nacional". Los principales sectores que llamaron a un quórum fueron Unión por la Patria, Encuentro Federal y Coalición Cívica. Luego se sumaron otros partidos y, llamativamente, algunos diputados del PRO, un partido con cierta afinidad con el oficialismo, y de la UCR, un partido con tendencia "dialoguista" con el Gobierno.
Los resultados de la Cámara de Diputados despertaron la furia del Poder Ejecutivo, quien no tardó en señalar a los diputados que acompañaron esta iniciativa de estar en contra de los intereses de los argentinos. En conferencia de prensa en Casa Rosada durante el 22 de agosto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que "la política, a contramano del interés de, por ejemplo, el terrorismo, el narcotráfico y la trata de personas, votó en contra de darle recursos a la SIDE".
En este sentido, Adorni comentó que "Argentina es un país que vio crecer exponencialmente el peligro del narcoterrorismo", por lo que "hacer la vista gorda con temas de esta complejidad significa seguir el destino trágico de otros países de la región". Además, al igual que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el vocero hizo mención de los dos atentados terroristas que sufrió el país, uno a la embajada de Israel en 1992, y el otro a la AMIA en 1994.
"Hoy el mundo es un lugar complejo y peligroso donde los ciudadanos están expuestos no solo a amenazas físicas, sino también a, por ejemplo, hackeos contra su propia seguridad, contra sus propios datos, contra su seguridad financiera". Para ilustrar su afirmación, Adorni afirmó que "un hackeo a la ANSES significaría que los jubilados no cobren, o un hackeo al RENAPER significaría que un estafador pueda suplantar las identidades de cada uno de nosotros".
Para desligar el estatus de la institución de su pasado escabroso, Adorni afirmó que "a diferencia de otras épocas, la SIDE no se iba a usar ni para espionaje político ni para la persecución ideológica. Esta nueva SIDE está al servicio de los argentinos para protegerlos y para defenderlos".
El vocero hizo también mención de las dudas sobre la transparencia de la Secretaría, asegurando que la comisión bicameral va a estar a cargo del control de los fondos reservados. La misma "estará integrada por legisladores de la oposición y que la cabeza de ella iba a ser el ‘kirchnerista’ Martin Lousteau [senador de la UCR]".
Desde el gobierno aseguran que, a pesar de que el PRO no lo acompañó en esta oportunidad, seguirán trabajando juntos. Aun así, Adorni resaltó que las gestiones anteriores recibieron cuantiosas cifras destinadas a la seguridad, y aseguró que no se logra comprender por qué no cedieron a la petición del Legislativo en esta oportunidad. "Seguramente estén confundidos con los objetivos de la SIDE", agregó.
Como el DNU fue rechazado por la Cámara Baja, ahora debe ser tratado por Senadores. De no ser aprobado por la Cámara Alta, el DNU pasaría a quedar totalmente rechazado por la Legislatura.
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