Buenos Aires,
Francisco Vicario
Crédito foto: Casa Rosada
El presidente Javier Milei, reafirmó su postura a favor de una gestión reformista durante su reciente visita a Estados Unidos, donde fue galardonado con el premio "Titán de la reforma económica" en la Gala Inaugural Hispánica en Washington D.C. En su discurso, el mandatario criticó duramente el gradualismo, al que responsabilizó del fracaso de intentos anteriores por transformar la economía argentina. Sin decirlo de manera explícita, se distanció de la política del expresidente Mauricio Macri, aliado al oficialismo.
"Nosotros somos reformistas, pero no somos políticos. No operamos bajo la premisa de lo más importante es nuestra permanencia en el poder sino que para nosotros lo más importante es implementar nuestras reformas", afirmó el jefe del Ejecutivo. Según el mandatario, las políticas gradualistas han fracasado porque los gobiernos temen perder apoyo, priorizando su estabilidad política por encima de las reformas estructurales necesarias.
Milei argumentó que la estrategia gradualista aplicada durante décadas en Argentina solo ha generado desilusión y perpetuado el colectivismo. Según sus palabras, el gradualismo "inexorablemente termina fracasando", lo que ha resultado en la emigración de ciudadanos y el estancamiento económico.
Por su parte, el mandatario defendió su modelo de "medidas de shock" como la única vía para estabilizar la economía y devolverle el poder a los ciudadanos. Como ejemplo, mencionó la promulgación del decreto 70/2023 y la presentación de la ley Bases, los cuales, según Milei, representan la mayor reforma estructural en 123 años de historia argentina.
En su discurso, también rechazó la idea del consenso con sectores que calificó como parte del "antiguo régimen", argumentando que no puede haber acuerdo "entre el bien y el mal". Afirmó que la burocracia estatal debe ser reducida drásticamente para eliminar la corrupción y fomentar la iniciativa privada.
Así, Milei concluyó su intervención asegurando que su administración tiene por delante 3 mil 200 reformas estructurales adicionales, con el objetivo de convertir a Argentina en "el país más libre del mundo". En línea con Donald Trump auguró hacer grande a Argentina otra vez.