Ciudad de Buenos Aires,
Martín Olivera
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La suspensión temporal de las retenciones a las exportaciones de granos, que se aplicó por apenas 72 horas, permitió al Gobierno completar un cupo de 7.000 millones de dólares en declaraciones de ventas al exterior. Según el Gobierno, la medida buscó contener la volatilidad del mercado, aunque en el campo generó malestar generalizado.
El mecanismo habilitó la inscripción de más de 19 millones de toneladas en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE). Según registros oficiales, siete grandes compañías concentraron cerca del 86% del volumen total, lo que dejó a pequeños y medianos productores sin posibilidad de acceder a la venta de sus granos en mejores condiciones.
Productores y dirigentes rurales de varias provincias agrícolas describieron la situación con palabras como "desencanto" y "decepción". El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, sintetizó el sentimiento al señalar: "Decepción y desencanto". Desde la Federación Agraria Argentina (FAA) se expresó en un documento: "las medidas implementadas no nos beneficiaron en nada a los pequeños y medianos productores. Por el contrario, parece un mecanismo implementado a medida de algunos pocos amigos, que en horas se beneficiaron con el fruto del esfuerzo de miles de productores genuinos".
La entidad añadió: "El descontento es generalizado porque se anunció una política cortoplacista, dirigida a algunos pocos y con foco en la recaudación. Se trató de una brutal transferencia en horas, de los productores a los concentrados; es decir que fue en detrimento de todos los que trabajamos, nos arriesgamos y sostenemos el interior productivo".
El viernes 26 de septiembre, luego de la decisión oficial se alcanzó un récord histórico de ingreso de divisas, cuando los exportadores liquidaron 1.750 millones de dólares en un solo día. Ese movimiento fortaleció la posición de reservas y alivió la presión sobre el tipo de cambio. De todas maneras, dejó entre los agricultores la percepción de haber sido marginados de una medida que los incluía solo en apariencia.
Datos de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) indicaron que, durante el período de vigencia de la suspensión, los productores lograron vender 4,1 millones de toneladas de soja. Sin embargo, señalaron que el precio recibido estuvo por debajo de la capacidad teórica de pago de los exportadores, con una diferencia estimada de 40 dólares por tonelada.
En el transcurso de semana, la Mesa de Enlace mantendrá una reunión con funcionarios de la Secretaría de Agricultura. Si bien el encuentro estaba previsto para tratar la situación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), dirigentes del sector confirmaron que la suspensión de las retenciones y el impacto que tuvo en los productores también formará parte de la agenda.