¿Qué le compra y qué le vende Brasil a EEUU? Radiografía de dos gigantes comerciales

Tensiones arancelarias entre Brasil y Estados Unidos reconfiguran el comercio bilateral de energía, aviación y materias primas

Aumentan los aranceles en el comercio bilateral, afectando las exportaciones e importaciones de energía, aviación y materias primas entre Brasil y Estados Unidos

Las relaciones comerciales entre Brasil y Estados Unidos atraviesan un periodo de tensiones debido al aumento recíproco de aranceles sobre productos estratégicos. Como resultado, corre riesgo una gran balanza comercial que, según datos del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios (MDIC) y el US Census Bureau, tiene un gran peso económico.

Ambos países mantienen una relación comercial relevante pero desigual. Para Brasil, Estados Unidos es el segundo mayor socio comercial, después de China, tanto en exportaciones como en importaciones. En contraste, Brasil ocupa el puesto 15 entre los socios comerciales de Estados Unidos, con mayor relevancia como mercado de destino que de proveedor, conforme a datos de 2024.

En términos de balanza comercial, Estados Unidos mantiene un superávit sostenido desde 2009. De acuerdo con cifras oficiales, este superávit acumulado asciende a 90.300 millones de dólares hasta 2025, reflejando un comercio históricamente favorable para la economía estadounidense.

Los principales productos que Brasil exportó a Estados Unidos en 2024 incluyen petróleo crudo, hierro o acero semimanufacturado, café, pastas químicas, aeronaves y carne bovina. Según el MDIC, Brasil lidera además la exportación mundial de jugo de naranja.

Por el lado estadounidense, el comercio hacia Brasil se concentra en productos tecnológicos y energéticos. Componentes aeronáuticos, gas natural licuado, petróleo crudo, gasóleo y naftas para petroquímica figuran entre los principales bienes exportados por Estados Unidos, según los registros de 2024.

La concentración de proveedores en sectores clave preocupa a la industria brasileña. Un informe de Nexus Pesquisa e Inteligência de Dados indicó que el 85% de los turborreactores utilizados por la industria aeronáutica brasileña provienen de Estados Unidos, así como el 54,5% de las naftas empleadas en la petroquímica.

Recientes decisiones del presidente estadounidense, Donald Trump, de elevar los aranceles a productos brasileños hasta un 50% tensaron aún más la relación bilateral. Según cálculos del banco BTG Pactual, esta medida podría reducir las exportaciones brasileñas a Estados Unidos en hasta 13.000 millones de dólares en 2026, equivalente al 0,6% del PIB de Brasil.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su rechazo a la medida. En su cuenta oficial en X afirmó: "Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser tuteladas por nadie. La soberanía, el respeto y la defensa intransigente de los intereses del pueblo brasileño son los valores que guían nuestra relación con el mundo".

Lula también señaló que su gobierno responderá aplicando la Ley Brasileña de Reciprocidad Económica, aprobada por el Congreso en abril de 2025. Durante una entrevista televisiva declaró: "Si no hay negociación, la ley de reciprocidad se pondrá en marcha. Si él nos cobra un 50%, nosotros les cobraremos un 50% a ellos".

Diversos sectores empresariales no tardaron en manifestarse. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) advirtió sobre los posibles efectos negativos en la competitividad de la industria brasileña. Su presidente, Ricardo Alban, declaró: "El impacto de estos aranceles podría ser grave para nuestra industria, que está estrechamente interconectada con el sistema de producción estadounidense".

Actualmente, Estados Unidos representa el principal destino de los productos brasileños de alto valor agregado como aeronaves, maquinaria y partes automotrices. No obstante, su participación en las exportaciones totales de Brasil disminuyó, pasando del 25% en 2000 al 12% en 2024, según datos oficiales.

Las consecuencias de este aumento arancelario aún están en desarrollo. Los analistas advierten que las medidas recíprocas podrían afectar no solo el comercio bilateral, sino también generar incertidumbre en sectores industriales y financieros clave de ambas economías.