Embajador de EEUU en Colombia confirma la crisis en la relación entre ambos países

Tensiones bilaterales escalaron tras la descertificación, según confirmó el embajador John McNamara

Estados Unidos retiró la certificación antidrogas a Colombia, una decisión que agravó las tensiones diplomáticas entre ambos países

La relación entre Colombia y Estados Unidos atraviesa un momento crítico, según declaraciones recientes del embajador estadounidense en Bogotá, John McNamara. En un acto oficial, el diplomático aseguró que ambos países enfrentan una "encrucijada" tras ser excluido Colombia de la lista de naciones certificadas en la lucha contra el narcotráfico.

El presidente Gustavo Petro confirmó el 15 de septiembre de 2025, durante una sesión del Consejo de Ministros, que el gobierno estadounidense retiró a Colombia del grupo de países certificados por su desempeño en la política antidrogas. Minutos después, el Departamento de Estado emitió un comunicado que detalló: "Colombia apareció junto a otros 24 países" en la lista de naciones de tránsito y producción de drogas ilícitas para el año fiscal 2026.

Durante su intervención, McNamara subrayó que, pese a su compromiso con el fortalecimiento de los vínculos bilaterales, existen diferencias significativas entre ambos gobiernos que dificultaron ese propósito. "Realmente delicado en la relación bilateral, y de hecho, estamos en una encrucijada. El camino que elijamos juntos o por separado tendrá profundas consecuencias para ambos países", afirmó.

La decisión de Washington no contempla sanciones inmediatas, pero reactivó el debate interno en Colombia sobre la eficacia de su estrategia antidrogas. La respuesta de sectores políticos, incluidos expresidentes y congresistas, reflejó una amplia gama de posiciones sobre el futuro de la cooperación con Estados Unidos en este ámbito.

McNamara pidió al gobierno de Colombia retomar esfuerzos conjuntos para enfrentar los cultivos ilícitos y mejorar los indicadores. En sus palabras: "Al presidente de la República y el gobierno actual de Colombia para que emprendan esas tres metas compartidas, que para nosotros son clave para avanzar nuestra lucha común: uno, reducir de manera urgente y decisiva los cultivos ilícitos de coca y la producción de la cocaína que viene de esos cultivos. Porque donde hay coca, hay violencia, hay reclutamiento forzado de niños, de sus niños, corrupción, extorsión y un daño grave al medio ambiente".

El embajador también advirtió sobre las consecuencias ambientales del narcotráfico, señalando: "Se estima que en un año, acá en Colombia, hay setenta millones de galones de combustible mixtado con varias otras. Pues materiales que se quedan en el suelo colombiano".

Al referirse a las responsabilidades compartidas en la lucha contra las drogas ilícitas, McNamara declaró: "Es una responsabilidad compartida. Compartida entre los países productores, los países de tránsito y los países consumidores, incluyendo el mío, que amo con todo mi corazón".

Más allá de las fricciones recientes, el Departamento de Estado reafirmó que Colombia continúa siendo un socio estratégico en temas de seguridad regional. En su comunicado, dejó claro que la cooperación bilateral se mantendrá activa, abriendo espacio para nuevos diálogos entre Bogotá y Washington.