Fumar multiplica el riesgo de un cáncer letal y silencioso

Estudios recientes advierten sobre un riesgo poco visible relacionado con el consumo de tabaco

Especialistas alertan sobre el vínculo entre el cigarro y un tipo de cáncer con alta mortalidad y baja detección temprana

El consumo de cigarro se asocia a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de páncreas, una enfermedad oncológica de alta letalidad que avanza sin mostrar síntomas claros en sus primeras etapas. Diversas investigaciones médicas advierten que, pese a su gravedad, el vínculo entre el tabaquismo y este tipo de cáncer sigue siendo poco reconocido por la mayoría de la población.

De acuerdo con el Dr. Mohammad Khalil, oncólogo médico del Hospital Houston Methodist, "fumar es un factor de riesgo bien establecido para el cáncer de páncreas, pero el conocimiento público de ese vínculo es bajo". La evidencia clínica ha demostrado que este tipo de cáncer, actualmente la tercera causa principal de muerte por cáncer en Estados Unidos, se encuentra asociado a múltiples factores prevenibles, siendo el tabaquismo uno de los principales.

Las células del páncreas pueden transformarse en adenocarcinoma cuando comienzan a crecer sin control. Según el especialista, "el cáncer de páncreas normalmente no causa síntomas notables en las primeras etapas". También agregó que "uno de los síntomas más comunes es la ictericia, donde la piel y los ojos se vuelven amarillos. La ictericia sin dolor es una de las señales de alarma".

Diversas investigaciones indican que quienes fuman tienen entre dos y tres veces más riesgo de desarrollar cáncer de páncreas en comparación con personas no fumadoras. Además, se estima que el tabaquismo contribuye hasta en un 20% de los casos. "Los carcinógenos circulan por la sangre y acaban en diferentes órganos", explicó Khalil. "El páncreas recibe un gran volumen de sangre, lo que permite que los agentes cancerígenos se acumulen y comiencen a causar daño".

El humo del cigarro contiene más de 7 mil sustancias químicas, entre ellas al menos 70 clasificadas como cancerígenas. Estas pueden provocar mutaciones genéticas en las células pancreáticas y alterar el sistema inmunitario, lo que, según especialistas, puede reducir la efectividad de los tratamientos disponibles.

Pese a estos riesgos, dejar de fumar puede revertir el daño progresivamente. "Dejar de fumar reduce drásticamente el riesgo de cáncer de páncreas", afirmó Khalil. "Sabemos que los beneficios comienzan de inmediato y que el riesgo disminuye significativamente en un plazo de dos a cinco años". También sostuvo que "tras 10 o 15 años sin fumar, el riesgo se reduce al nivel de una persona que nunca ha fumado".

Otros factores de riesgo incluyen antecedentes familiares, mutaciones hereditarias, pancreatitis crónica, obesidad abdominal, diabetes tipo 2 y el consumo excesivo de alcohol. "Alrededor del 10% de los casos están relacionados con mutaciones hereditarias específicas", indicó Khalil.

Actualmente, no existen programas sistemáticos de detección temprana para esta enfermedad. No obstante, ciertos grupos con predisposición genética o historial familiar podrían beneficiarse de un seguimiento médico específico. "Fumar por sí solo no se considera motivo para realizar pruebas de detección", explicó el especialista.

El conocimiento sobre estos riesgos continúa siendo una herramienta central para prevenir casos futuros. La detección temprana, combinada con la eliminación del hábito de fumar, puede marcar una diferencia significativa en la evolución de esta enfermedad.