Especialistas explicaron cómo ciertos objetos se adhieren a la piel por causas físicas y descartaron vínculo con las vacunas contra la COVID-19
El jueves 27 de noviembre de 2025, en el Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación, se llevó a cabo una jornada antivacunas en la que un expositor se quitó la remera e intentó adherir un imán a su pecho, señalando que ese supuesto efecto magnético era consecuencia de la vacuna contra la COVID-19. La escena se presentó como parte de una actividad titulada ¿Qué contienen realmente las vacunas del COVID-19?, organizada por la diputada Marilú Quiroz, del PRO por Chaco.
Durante la exposición, la licenciada en biotecnología Lorena Diblasi afirmó: "Esto no es grasa en la piel, señoras y señores. A él no le sucedía esto", sugiriendo que la vacuna habría generado un cambio físico en el cuerpo del expositor. El acto recibió críticas de organizaciones científicas, funcionarios y legisladores por promover afirmaciones sin evidencia verificable.
Mario Lugones, el ministro de Salud, respondió públicamente a través de redes sociales: "El Calendario Nacional de Vacunación contiene vacunas que se sostienen en evidencia científica y en décadas de uso seguro. Cada vacuna incluida pasó por evaluaciones rigurosas que garantizan su calidad y eficacia".
Diversos especialistas en ciencias biológicas y físicas negaron cualquier relación entre las vacunas y el fenómeno mostrado. María Noelia Lardizábal, doctora en Ciencias Biológicas, explicó: "No está demostrado que las vacunas covid produzcan ese efecto. No tienen este tipo de metales ni en cantidad ni en especificidad que produzcan en el cuerpo ese efecto. Es un fenómeno general del cuerpo, ocurre en personas vacunadas como no vacunadas y en elementos magnéticos como no magnéticos".
Fabricio Ballarini, doctor en Ciencias Biológicas, detalló que el efecto puede explicarse por fenómenos físicos como la fricción, la humedad o la tensión superficial: "Los objetos —no solo los objetos imantados— pueden pegarse a nosotros porque existe una propiedad llamada ‘tensión superficial’. El agua que hay entre los objetos y nuestro dedo genera una especie de ‘pegatina’".
Las fichas técnicas de vacunas como Pfizer, AstraZeneca, Sputnik V y Sinopharm no contienen materiales magnéticos. Según la Organización Mundial de la Salud, "las vacunas están libres de metales que causarían una atracción magnética al cuerpo". Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos aseguraron que "recibir una vacuna contra la COVID-19 no lo volverá magnético, incluso en el lugar de la vacunación".
Desde la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), junto con otras entidades médicas, habían solicitado suspender la jornada por considerar que promovía desinformación. En un comunicado, alertaron: "este tipo de eventos, con mensajes basados en el negacionismo científico, genera un gran riesgo en un contexto donde las tasas de vacunación son alarmantemente bajas".
Expertos reiteraron que el fenómeno de adhesión observado no tiene vínculo con la vacunación. Las causas son físicas y pueden reproducirse sin necesidad de que exista magnetismo ni intervención de sustancias externas.