Un entorno incierto y la falta de reformas amenazan con frenar el avance económico en los principales países latinoamericanos
América Latina enfrenta un panorama económico complejo para los próximos años, con proyecciones de crecimiento moderado y riesgos significativos a la baja. Según el informe de perspectivas económicas publicado en diciembre de 2025 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las siete principales economías de la región registrarían una expansión de 2.3% en 2025, seguida de una desaceleración al 1.9% en 2026, antes de un leve repunte al 2.4% en 2027.
Estas cifras se mantienen por debajo del nivel necesario para impulsar mejoras sostenidas en el bienestar económico y social de la región. De acuerdo con el informe, la persistencia de la inflación, el aumento de la deuda pública y la contención del gasto en inversión limitan el margen de recuperación.
Sobre la inflación, se prevé que en 2025 los niveles se mantengan por encima de las metas de los bancos centrales en la mayoría de los países, con una trayectoria de convergencia gradual hacia esos objetivos en 2026 y 2027. Entre las excepciones se encuentran Perú, con inflación controlada desde hace un año; Costa Rica, con tasas negativas en 2025; y Argentina, donde los precios siguen altos pero muestran una tendencia descendente gracias a políticas fiscales y monetarias restrictivas.
El informe identifica varios factores de riesgo que podrían agravar la desaceleración económica. Entre ellos se destacan la incertidumbre global derivada de tensiones geopolíticas y comerciales, así como la inestabilidad política interna en algunos países de la región. Además, se señala que "desviaciones fiscales podrían subir el coste del servicio de la deuda, socavar la confianza, frenar la inversión y generar presiones inflacionarias".
También se identifican factores positivos con potencial para acelerar una recuperación económica en la región. La reducción de barreras comerciales o una reorientación del comercio hacia América Latina podrían fortalecer tanto la inversión como el consumo. Esta situación ocurrirá siempre que sean acompañadas de políticas públicas coordinadas y un entorno regulatorio estable.
Uno de los elementos destacados por la OCDE es la transformación digital del sector público. Según el informe, avanzar hacia marcos regulatorios más simples mediante digitalización permitiría reducir la carga administrativa, mejorar la eficiencia del gasto y fortalecer la transparencia. Colombia y Brasil muestran avances relevantes en este frente, mientras que otros países de la región presentan rezagos significativos.
Para sostener el crecimiento, se considera esencial mantener políticas monetarias prudentes y avanzar en la consolidación fiscal con medidas estructurales claras. El control del gasto corriente, la mejora en la recaudación y una administración pública más eficiente generarían mayor capacidad de respuesta ante posibles shocks externos.
Finalmente, el informe concluye que la combinación de reformas estructurales, mejora en el uso del gasto público y expansión de la capacidad digital puede sentar las bases para una recuperación más estable y duradera en América Latina durante los próximos años.