Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
General Motors (GM) anunció el desmantelamiento de su planta de ensamblaje en Colombia, una decisión que conllevará el despido de aproximadamente 800 trabajadores. Este cambio estratégico marca el fin de una era en la manufactura automotriz en Colombia y afectará también a la planta de OBB en Ecuador, que cesará operaciones en agosto de 2024.
Desde la inauguración de la planta colombiana por el entonces presidente Alberto Lleras Camargo en los años 60, GM ha sido un actor principal en el desarrollo industrial del país. El inicio de la producción del Coronet 440, el primer automóvil ensamblado localmente, simbolizó un avance crucial para la industria nacional. La adquisición de una compañía relevante en 1979 y el comienzo del ensamblaje de vehículos Chevrolet en 1980 consolidaron aún más la posición de GM en el mercado colombiano.
En 2003, GM Colmotores alcanzó la producción de 500 mil unidades de Chevrolet y obtuvo la certificación ISO 9001:2000, destacando sus altos estándares de calidad. Entre 2005 y 2014, el Chevrolet Aveo se convirtió en el vehículo más vendido en Colombia, con un total de 194 mil 562 unidades vendidas. Además, en 2010 se creó la Fundación Chevrolet, iniciativa de inversión social que ha tenido un impacto positivo en las comunidades locales.
Así, el anuncio del cierre es parte de una estrategia más amplia de GM para transformar su modelo de negocio en Colombia y Ecuador, enfocándose ahora en la comercialización, venta y servicios posventa de vehículos. Según GM, esta transición permitirá la introducción de vehículos de última generación y un portafolio de clase mundial apoyado por una experiencia excepcional al cliente.
El Ministerio de Trabajo de Colombia jugará un papel crucial en este proceso, ya que debe emitir una autorización para el despido colectivo de los trabajadores afectados. GM aseguró que el proceso se llevará a cabo respetando la normativa laboral vigente y que se están considerando varias opciones para garantizar una transición sostenible hacia la nueva generación de vehículos.
Por otra parte, el impacto de esta decisión no se limita a los empleados y sus familias; tiene implicaciones más amplias para la industria automotriz en la región. A lo largo de las décadas, la planta fue un pilar del desarrollo industrial de Colombia, estableciendo al país como un competidor emergente en el ámbito automotor de Latinoamérica.
Este giro en la estrategia de GM refleja un cambio más global en la industria automotriz, donde las empresas están reevaluando sus operaciones de manufactura frente a desafíos económicos y tecnológicos. La compañía reiteró su compromiso de explorar opciones sostenibles para competir eficazmente en los mercados de Ecuador y Colombia, lo que podría ofrecer nuevas oportunidades en el horizonte automotriz de la región.
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