Foto: Cancillería
En un esfuerzo por garantizar la estabilidad en la frontera colombo-venezolana, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el canciller Luis Gilberto Murillo lideraron una agenda de trabajo de dos días en Cúcuta. El objetivo fue dialogar con autoridades locales, gremios empresariales, comunidades y organismos internacionales sobre la situación en la región, tras el reciente cierre fronterizo decretado por Venezuela.
Luis Gilberto Murillo, canciller de Colombia, explicó que trasladar el despacho de la Cancillería a Cúcuta fue una instrucción directa del presidente Gustavo Petro. "Lo que recibimos fue un mensaje de tranquilidad, es un parte de tranquilidad, y esperamos que Cúcuta, la región y toda la frontera sigan así", afirmó Murillo, subrayando la importancia de este acercamiento directo.
El cierre de la frontera, que inició el viernes 10 de enero y se extenderá hasta el lunes 12 de enero, coincide con la posesión de Nicolás Maduro para un tercer mandato presidencial en Venezuela. Ante esta situación, el Gobierno colombiano busca garantizar la seguridad, el comercio y la estabilidad en la región.
Medidas adoptadas y respaldo local
Durante la visita, se llevó a cabo una sesión del Consejo de Gobierno Fronterizo, con la participación de Migración Colombia, la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y organizaciones internacionales. Asimismo, se estableció un Puesto de Mando Unificado para coordinar las acciones en la zona.
El ministro Cristo reafirmó el compromiso del Gobierno con las comunidades fronterizas, destacando la necesidad de trabajar en conjunto con gremios y sociedad civil. "Cuidar nuestra economía y la de quienes viven en zonas limítrofes no implica legitimar formas no democráticas y responde a la necesidad de pensar en la población", señaló.
El gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, y representantes empresariales como John Jairo Fonseca Torres, del Comité Intergremial, y Sandra Inés Guzmán Lizarazo, de Fitac, destacaron la importancia del comercio transfronterizo y la necesidad de mantener abiertas las operaciones comerciales para dinamizar la economía local.
Las autoridades y líderes gremiales coincidieron en que el cierre de la frontera afecta negativamente al comercio y a la cadena productiva. No obstante, reconocieron la voluntad del Gobierno nacional para encontrar soluciones y fortalecer la dinámica económica y social en la región.
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