Con la victoria de Kast en Chile, Petro abre un nuevo campo de batalla en el continente

 17-12-2025
Martín Olivera
   
Portada | Colombia
Foto: Martín Olivera (Composición/NotiPress)

Foto: Martín Olivera (Composición/NotiPress)

El cruce de declaraciones entre Gustavo Petro y José Antonio Kast, tras las elecciones presidenciales en Chile, instaló un nuevo frente de tensión política en América del Sur. La frase del mandatario colombiano —"El fascismo avanza, jamás le daré la mano a un nazi y a un hijo de nazi, tampoco; son la muerte en ser humano"— provocó una reacción institucional inmediata en Santiago y abrió un distanciamiento que podría marcar el tono de la relación bilateral durante los próximos años.

Kast respondió con mesura ante la consulta de la prensa sobre los dichos de Petro. "Es una persona elegida democráticamente y, desde ese punto de vista, emite sus juicios", declaró el presidente chileno tras su encuentro con su par argentino Javier Milei. No obstante, el gobierno saliente de Gabriel Boric emitió una nota de protesta diplomática por lo que consideró afirmaciones "inaceptables".

Alberto van Klaveren, el canciller chileno, explicó: "Hemos entregado una nota de protesta al embajador de Colombia en Chile para manifestar nuestra molestia por los inaceptables dichos del presidente de Colombia respecto de la elección presidencial en nuestro país". A estas declaraciones se sumó el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, quien indicó: "El llamado que hacemos es a que se respete lo que Chile decide en el marco de las reglas democráticas desde cualquier parte del mundo".

El vínculo bilateral entre Chile y Colombia tuvo una historia de cooperación estratégica. En 2011, ambos países firmaron una Asociación Estratégica con cinco comisiones binacionales que abordan comercio, cultura, migración, política y cooperación técnica. Además, forman parte activa de la Alianza del Pacífico y mantienen una agenda regular de reuniones multilaterales. En los últimos dos años, altos funcionarios de ambas naciones participaron en encuentros políticos, científicos y de seguridad, incluyendo el Mecanismo 2+2 y visitas conjuntas a territorio antártico.

No obstante, el nuevo escenario político regional complica aún más este entramado de relaciones bilaterales. La reacción de Petro no solo afecta la relación con Chile, sino que se alinea con una tendencia marcada por su administración: reducir el contacto con gobiernos conservadores. En abril de 2024, el gobierno colombiano rompió relaciones diplomáticas con Ecuador tras una operación policial en su embajada en Quito. Asimismo, no sostuvo reuniones oficiales con la administración de Javier Milei desde su llegada al poder en Argentina.

El caso chileno podría convertirse en otro eslabón de esa cadena. La intensidad del lenguaje usado por el mandatario colombiano —en el que también hizo alusión a la dictadura de Pinochet— generó un rechazo transversal en el sistema político chileno. Por el momento, no se informó si el proceso de transición con la administración entrante se mantendrá en curso, aunque el presidente saliente, Gabriel Boric, sí expresó públicamente su disposición a colaborar: "Siempre estaré a disposición para poder colaborar con los destinos de la patria".

Durante los últimos meses de su mandato, Gustavo Petro sostiene vínculos formales con un número limitado de aliados regionales. Entre ellos se encuentran Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Claudia Sheinbaum (México), Yamandú Orsi (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela), aunque este último no es mencionado como socio estratégico en declaraciones oficiales. La victoria de Kast, por tanto, no solo modifica el mapa político del Cono Sur, sino que reduce aún más el margen diplomático de Petro en América Latina.




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