Al estilo López Obrador, Petro "defiende" la democracia y arremete contra opositores

 17-03-2024
Francisco Vicario
   
Portada | Colombia
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Abrazando la historia, el presidente Gustavo Petro reaviva la llama de la Asamblea Constituyente. Desde las raíces de la rebelión común en Puerto Rellena, el líder colombiano rememora el grito de los comuneros por la autodeterminación. En una era de polarización política, Petro busca replantear las bases de la democracia, invocando la esencia del poder popular como la legítima fuente de toda autoridad gubernamental, al estilo del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Así, los contraataques no se han hecho esperar tanto del oficialismo como por parte de opositores al Gobierno. Críticos como el expresidente Iván Duque, y otros actores políticos, ven en la propuesta constituyente de Petro un potencial riesgo para la democracia colombiana. Frente a tales reacciones, el Presidente se defendió en redes sociales, reiterando su visión de una democracia originada y perpetuada por el pueblo, refutando las afirmaciones de que tal iniciativa resulta antidemocrática.

"Hay quienes creen que si el pueblo decide entonces hay antidemocracia; se olvidan que significa la palabra: democracia, "demos: pueblo, "cratos": poder. Democracia es " poder del pueblo", Petro en X

México es testigo de un paralelismo político, donde el presidente autodenominado humanista, AMLO, comparte esta retórica democrática. Con una crítica constante al neoliberalismo y a la oposición, López Obrador dirige el discurso de la 'democracia del pueblo' como estandarte, una estrategia que le ha granjeado popularidad, a pesar de las tensiones con instituciones electorales mexicanas por presunto proselitismo.

Voces de oposición en ambos países alertan sobre los peligros que tales estrategias pueden significar para la estabilidad democrática. La dinámica entre gobiernos socialistas y opositores conservadores refleja un baile político que trasciende fronteras, uniendo a Colombia y México en una coreografía de poder y acusaciones cruzadas. En este escenario, la definición de democracia se cuestiona y reformula ante los ojos de una ciudadanía expectante y partícipe.




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