Bogotá,
Francisco Vicario
Crédito foto: Margarita Valdiviero (Presidencia de Colombia)
En un acto significativo para la reparación de víctimas del conflicto armado, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, entregó miles de hectáreas a familias campesinas del sur del Cesar. Este acontecimiento marca un hito en la lucha de estas comunidades, quienes fueron desplazadas por paramilitares en la década de 1990.
Así, el acto estuvo cargado de emotividad, particularmente con el testimonio de Maribel Vanegas, una campesina que relató los trágicos hechos vividos en 1999, cuando un grupo armado asesinó a varios miembros de su familia. "Tumbaron las puertas y nos sacaron a la fuerza, golpeando tanto a los adultos como a los niños. Nos amarraron, nos acostaron boca abajo y comenzaron a asesinar a mi padre, a mi hermana de 26 años, a un trabajador de la finca y a mi hermanito de 18 años. Los asesinaron", expresó con voz quebrada. Agradeció al mandatario por devolver la esperanza a las víctimas y dijo, "siento alegría y felicidad".
Los campesinos desplazados por el bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), liderado por Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, han enfrentado décadas de despojo y abandono. Adelfo Rodríguez, vocero campesino, destacó que este proceso representa una reivindicación histórica tras 29 años de lucha.
El presidente Petro también señaló a los responsables históricos del despojo, mencionando a la familia Marulanda, relacionada con el exembajador Carlos Arturo Marulanda, a quien acusó de crímenes de guerra y de estar prófugo de la justicia. "Nunca fue juzgado por su crimen de guerra. Está en la impunidad", afirmó el jefe de Estado, quien instó a no olvidar estos hechos.
Finalmente, líderes como Wilson Padilla destacaron que la reforma agraria beneficiará a unas 3.000 familias, con miras a explotar la tierra comunitariamente y reducir la pobreza. Este acto, según expresaron, tiene el espíritu de sentar un precedente para lograr una justicia social largamente esperada en el país.