Bogotá,
Martín Olivera
Crédito foto: ELN voces
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) fortaleció su presencia en zonas fronterizas entre Colombia y Venezuela mediante una relación estratégica con el régimen de Nicolás Maduro. De acuerdo con una investigación publicada en 2025 por InSight Crime, la guerrilla consolidó su influencia a través del narcotráfico, el control territorial y la imposición de un modelo de gobernanza paralela.
Desde 2023, los intentos del gobierno colombiano por alcanzar un acuerdo de paz con el ELN no lograron contener su expansión. En el informe citado, se advierte que la guerrilla "utilizó el diálogo de paz para fortalecerse en lugar de buscar una desmovilización real". Esta estrategia facilitó su avance hacia estados venezolanos como Zulia, Táchira y Apure, donde estableció operaciones logísticas, redes de tráfico de drogas y alianzas políticas locales.
Uno de los episodios más significativos ocurrió el 16 de enero de 2025 en el Catatumbo, región ubicada en el departamento de Norte de Santander. Ese día, un ataque del ELN dejó al menos 80 muertos y provocó el desplazamiento de más de 50.000 personas. Según autoridades colombianas, los combatientes habrían cruzado desde campamentos establecidos en Venezuela, donde el grupo mantiene una presencia consolidada.
El informe de InSight Crime se presentó en cinco capítulos que documentan distintos aspectos de la expansión guerrillera. Entre los títulos figuran Guerras fronterizas: el ELN y la toma del Catatumbo y Gobernanza rebelde: el control social del ELN en Táchira. En esta última sección, se describe cómo el grupo impone castigos, cobra impuestos y reemplaza a las instituciones estatales en funciones de autoridad.
Dicho reporte también detalla el papel del narcotráfico en la estrategia de expansión. Aunque el ELN mantuvo durante años una postura ambigua frente a estas actividades, actualmente administra laboratorios de cocaína en Venezuela y cobra un "gramaje" a los cultivadores locales. Estos recursos fortalecen su estructura militar y financian su operación binacional.
El vínculo entre el ELN y funcionarios venezolanos figura como un factor relevante en el informe. En el estado de Táchira, la guerrilla mantiene una alianza con el gobernador Freddy Bernal. Según el documento, esa relación "facilitó su expansión a cambio de apoyo político".
Además del narcotráfico, el ELN diversificó sus fuentes de ingresos a través del contrabando, la minería ilegal y el cobro de comisiones sobre contratos públicos. En regiones como Arauca y Apure, su presencia alcanza niveles de control casi absoluto, según lo documentado en el capítulo Efecto espejo.
"El fracaso parece inevitable", afirmó InSight Crime al referirse a los intentos del gobierno colombiano por lograr una paz total con el grupo armado. "Desde el inicio, estaba claro que sería una tarea titánica".