Bogotá,
Noelia Acuña
Crédito foto: Juan Diego Cano - Presidencia
El reciente aumento en el precio del diésel, decretado por el gobierno de Gustavo Petro, desató una ola de protestas por parte de los camioneros en Colombia. Justificada como necesaria para corregir un déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), la medida generó rechazo y se bloquearon vías en varios departamentos del país.
Respondiendo al paro, el presidente Petro defendió el alza como una acción justa y necesaria, destacando la importancia de priorizar recursos para áreas como la alimentación y la educación. A través de su cuenta en la red social X, Petro expresó: "El país no se dejará bloquear. El alza del diésel es justa porque solo se está recuperando el dinero de un subsidio que nunca se debió haber dado y ya suma una gran fracción de la deuda pública de Colombia".
Gobierno y transportistas se reúnen para buscar solución
La situación en Colombia se agravó desde la noche del 2 de septiembre de 2024 debido al paro camionero, principalmente en el sur de Bogotá. El gremio de transportistas salió a las calles en rechazo al aumento de $1.904 en el precio del galón de diésel, que ahora cuesta $11.360. Este incremento generó protestas, bloqueos y caos en la movilidad, afectando el servicio de TransMilenio, cerrando importantes vías y provocando la suspensión de clases en decenas de colegios.
Para el 3 de septiembre se espera una reunión crucial en el ministerio de Transporte entre representantes del gobierno y líderes del sector de transporte de carga, con el objetivo de evitar que la situación se agrave aún más.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, expresó su preocupación y calificó la reacción del gremio como "excesiva", señalando que la paralización del país está afectando a millones de colombianos que necesitan trabajar y a los estudiantes que deben asistir a clases. En declaraciones a Blu Radio, Bonilla explicó que uno de los problemas es que los camioneros no reciben un pago adecuado por parte de los empresarios, lo que los deja con un sistema insostenible, a pesar de que el gobierno incrementó la tarifa de los fletes.
Bonilla también mencionó que el precio del diésel estaba congelado desde hace 56 meses, por lo que es imposible evitar ajustes. Además, descartó la propuesta de que Ecopetrol compre y refine petróleo al precio sugerido por el sector. Según las estimaciones del ministerio, el alza del diésel podría incrementar la inflación entre 0,28% y 0,30% para este año, cerrando el costo de vida en torno al 5,5%.
Asimismo, el incremento de mil 904 pesos por galón, forma parte de un plan más amplio del gobierno para desmontar los subsidios a los combustibles, que, según el Ministerio de Minas y Energía, genera un déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (Fepc). El ministro de Minas, Andrés Camacho, afirmó esta medida es necesaria para corregir una distorsión que mantuvo el precio del diésel artificialmente bajo durante años.
"El diésel se subsidiaba desde 2004 y el incremento no se había presentado desde 2020. Han pasado casi cinco años sin ajustar el precio del diésel", indicó Camacho. No obstante, la reacción del gremio de camioneros fue contundente. Desde el domingo 1 de septiembre por la tarde, y durante el lunes 2 y martes 3, los camioneros bloquearon varias vías en departamentos como Santander, Norte de Santander, Caldas y Cundinamarca, en protesta por el alza del combustible.
También, José Milcíades Carrero, expresidente de la Asociación Colombiana de Camioneros regional Valle, cuestionó la afirmación del gobierno sobre el impacto limitado en la inflación. "Si se incrementa el precio del combustible, lógicamente la inflación se va a disparar. Eso es un cuento y una mentira cuando el Gobierno dice que solo afectará el 1.4 por ciento en temas de inflación", señaló Carrero.
Actualmente, el paro camionero genera bloqueos en varias vías clave del país, incluyendo la vía al Llano y las carreteras donde se conecta Bucaramanga con Bogotá. Estas acciones están afectando seriamente la movilidad y generan preocupación sobre el impacto económico y social que puede tener un paro prolongado. Petro, sin embargo, mantiene firme su postura, subrayando que el alza del diésel es un paso necesario para corregir una política económica insostenible y perjudicial para las finanzas públicas del país.