
Foto: X @rmartinelli
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, defendió la decisión de otorgar asilo político al expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, luego de su llegada a Bogotá el pasado 10 de mayo. Esta medida fue cuestionada en Colombia y Panamá, debido a los antecedentes judiciales de Martinelli y a las posturas críticas que Petro había manifestado previamente sobre el exmandatario centroamericano.
Durante su visita oficial a la República Popular China, señaló que Colombia mantiene una política de puertas abiertas para personas perseguidas por razones políticas, independientemente de su ideología o procedencia. En sus palabras: "El asilo es un derecho universal. No importa que sean de derecha, no importa que sean de izquierda o que sean poetas o que sean políticos o que sean perseguidos".
La Cancillería de Colombia explicó que la medida se adoptó con base en el principio pro persona. Además se basa en la tradición humanista del país de proteger a individuos cuya vida o libertad se vea amenazada por persecuciones políticas.
El mandatario también afirmó que el otorgamiento del asilo representa un gesto hacia Panamá, país el cual acogió a exiliados colombianos en el pasado. "Pues en mi opinión Colombia debe ser como lo fue Panamá, un sitio de refugio, un sitio de libertad, un sitio de libre expresión", expresó el mandatario. Agregó que este acto podría reforzar las relaciones políticas y comerciales entre ambas naciones: "Panamá y Colombia deben asociarse y nosotros queremos atraer al pueblo panameño, como alguna vez, quizás ya no seamos una misma nación como antaño, pero bien podemos plantearnos una confederación de naciones que sea capaz de aprovechar con mucha soberanía su posición en la geografía y en la historia".
La llegada de Ricardo Martinelli a Colombia ocurrió tras 16 meses de permanencia en la embajada de Nicaragua en Panamá. El propio exmandatario panameño informó su arribo a Bogotá mediante un mensaje en la red social X, donde agradeció a los gobiernos de Nicaragua y Colombia por el apoyo recibido, indicando que este le permitió "salvar" su vida.
El Gobierno de Panamá reaccionó con descontento frente a la decisión colombiana, al considerar que el asilo obstaculiza el cumplimiento de la sentencia judicial impuesta a Martinelli por casos de corrupción vinculados al uso indebido de fondos públicos. En contraste, el expresidente panameño sostiene que enfrenta una persecución política en su país de origen.
La medida también reavivó el debate sobre las posiciones críticas que Petro manifestó contra Martinelli en años anteriores. En 2010, cuestionó el asilo otorgado por Panamá a María del Pilar Hurtado, exdirectora del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, acusada de interceptaciones ilegales. En una publicación en redes sociales, Petro afirmó: "La que persiguió a los magistrados por sus investigaciones contra el paramilitarismo es protegida por Martinelli, la canciller ríe".
Asimismo, criticó la postura del entonces presidente Juan Manuel Santos frente a esa situación, e incluso llegó a calificar a Martinelli como un "perseguidor político". En distintas ocasiones, Gustavo Petro también vinculó al expresidente panameño con el expresidente colombiano Álvaro Uribe, sugiriendo afinidades políticas y acusaciones mutuas de encubrimientos.
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