Bogotá,
Patricia Manero
Crédito foto: Juan Diego Cano - Presidencia
Gustavo Petro, presidente de Colombia, expresó su preocupación por la elección del próximo Procurador General de la Nación tras haber incluido a Gregorio Eljach como candidato para el cargo. En declaraciones recientes, el mandatario destacó la importancia de que la elección de esta posición se realice de forma transparente y sin influencias políticas, debido a la trascendencia que representa para el país.
El mandatario manifestó su rechazo a la posibilidad de tener un procurador que se someta al gobierno o que convierta la Procuraduría en un "instrumento de persecución política". Petro declaró: "No quiero un procurador que se pliegue al gobierno, pero indudablemente lo que menos quiero es un procurador que convierta la procuraduría en una policía política, como hizo Ordoñez o Cabello".
El presidente también cuestionó el uso de las procuradurías y fiscalías como "armas políticas extorsivas". Según él, estas fueron creadas bajo el "cartel de la toga", un término que hace referencia a la corrupción y manipulación de la justicia en Colombia.
En su intervención, Petro se refirió a dos exfiscales generales, Néstor Humberto Martínez y Francisco Barbosa. Señaló, durante sus mandatos "no solo le quitaron libertad a la política, sino que destruyeron la credibilidad del poder judicial y entregaron a las mafias y a poderosos intereses particulares, secciones enteras de la justicia".
Asimismo, el mandatario expresó que la justicia privada, dirigida por la corte arbitral, "debería contar con una vigilancia especial". Este comentario refleja su inquietud respecto a la influencia que sectores privados puedan tener sobre decisiones judiciales que deberían ser imparciales y transparentes.
Petro subrayó la necesidad de evitar que la Fiscalía actúe como un instrumento para aspiraciones políticas, afirmando que "no debe volver más una fiscalía construyendo una candidatura presidencial sobre la base de encarcelar competidores o extorsionar políticos sindicados para apoyarla, sobre la base de una inmensa impunidad con el crimen".
El presidente finalizó su discurso señalando varios problemas que han afectado la credibilidad de la justicia en Colombia. Ejemplificó el "fin de los procesos de investigación sobre la parapolítica", el "sabotaje a la paz" tras el proceso de 2016, y la "corrupción sin límite en el gobierno Duque", los cuales, según él, son el resultado de una justicia diseñada por el Vargas Llerismo, a la que denominó como "el cartel de la toga".
En su conclusión, Petro enfatizó la necesidad de una justicia que sea independiente y no esté al servicio de intereses políticos. "La justicia no puede ser arma política, o como dicen en inglés lawfare, la justicia debe ser poderosa, ciudadana e independiente de la política", afirmó.