
Foto: Gustavo Torres (NotiPress)
La destitución de Dina Boluarte por "incapacidad moral permanente" se convirtió en el último capítulo de un ciclo de inestabilidad que, en los últimos diez años, ha generado una sucesión constante de presidentes en Perú. Este escenario coloca al país sudamericano ante una profunda crisis institucional que persiste sin solución clara en el horizonte.
Desde 2016, se registraron seis mandatos presidenciales interrumpidos o reemplazados: Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y la ya removida Boluarte. Varios de estos periodos fueron truncos, algunos por renuncias, otros por destituciones bajo figuras constitucionales como la incapacidad moral, cuya aplicación frecuente ha levantado cuestionamientos sobre sus usos y alcances.
Juan de la Puente, politólogo y abogado peruano, explicó en entrevista con Caracol Radio que la figura legal utilizada contra Boluarte posee raíces históricas. "La incapacidad moral es una figura antigua, casi monárquica, que se usaba para describir a los gobernantes irresponsables o que abandonaban el territorio". No obstante, destacó que en años recientes el Congreso empleó ese mecanismo de forma reiterada. "Desde 2016, esta figura excepcional se ha convertido en un mecanismo frecuente de destitución presidencial".
En este contexto, la caída de Boluarte ocurrió tras una acumulación de escándalos. Entre ellos, se mencionan la realización de cirugías estéticas sin informar al Parlamento, el uso de relojes de alta gama, denuncias por presunto enriquecimiento ilícito y vínculos familiares con actos de corrupción. Si bien estos hechos estuvieron presentes por meses, no derivaron en sanciones hasta que se intensificaron las movilizaciones en distintas regiones del país.
Las protestas iniciaron en septiembre, con participación de jóvenes y gremios laborales. "La presión social fue determinante. En las calles se consolidó la idea de que la presidenta debía irse, y el Congreso terminó cediendo", afirmó De la Puente. La relación entre ciudadanía y clase política atraviesa un momento crítico. Según el analista, el Parlamento cuenta con niveles de desaprobación incluso mayores que los de la propia mandataria destituida. "En las calles ya se escucha la consigna ‘que se vayan todos’, reflejando un rechazo generalizado a toda la clase política".
Actualmente, José Jeri asumió la presidencia interina, en un escenario marcado por incertidumbre. El siguiente proceso electoral fue fijado para abril de 2026, mientras la entrega del poder deberá realizarse en julio del mismo año. "Estamos frente a un escenario abierto, impredecible. Puede repetirse lo que ocurrió en 2020 con el presidente Merino, que solo duró unos días en el cargo", advirtió De la Puente.
Con más de medio centenar de cambios ministeriales y seis jefes de Estado en solo una década, Perú enfrenta un desafío persistente: restablecer la estabilidad política sin reformas estructurales inmediatas. La rotación en el Poder Ejecutivo se convirtió en un fenómeno que afecta directamente la gobernabilidad y dificulta la implementación de políticas sostenidas.
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