Ciudad de México,
Emiliano Fuentes
Crédito foto: Sergio Cara (NotiPress)
Según la información del último informe presentado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación ascendió a 6.24% en octubre 2021 siendo la tasa anual más elevada desde diciembre 2017 cuando se alcanzó el 6.77%. Sin embargo, existen algunas peculiaridades en el aumento de precios dentro de la economía mexicana que vale la pena analizar.
La inflación general para el décimo mes del 2021 fue muy superior al rango objetivo de Banco de México (Banxico) del 3%. Esta es pagada por la población que no cuenta con activos financieros y beneficia en mayor medida a quienes venden bienes y servicios que sufren estas modificaciones de precios al alza.
Ello se ha visto reflejado en una baja en el consumo con una contracción de 0.6% durante el mes de agosto 2021. Este dato es importante debido a que suman ya tres meses consecutivos de caídas acumulando una importante disminución de -1.5%. Dentro del indicador, llama la atención la estrepitosa caída de 7% en el comercio al menudeo de alimentos y bebidas en el último trimestre registrado.
Lo anterior está íntimamente ligada a la combinación entre la inflación y a la reducción de los ingresos en los participantes de la economía mexicana. El fenómeno viene desembocado desde uno de los componentes de mayor relevancia en el consumo que son los alimentos. En este sentido, la disminución en el consumo de alimentos y bebidas al menudeo, está fuertemente relacionado con la acelerada alza en los precios de estos.
Vale recordar que, si bien la inflación general para el mes de octubre 2021 ya resultaba un tema preocupante, la inflación en el sector de alimentos está superando este ritmo de incremento en precios. Esto implica una caída del salario real de la población cuya proporción del ingreso se utiliza en mayor parte para la compra de este tipo de bienes (los sectores menos favorecidos económicamente). Por el lado contrario, el mismo fenómeno produce mayores márgenes de beneficios de las empresas productoras y los tenedores de acciones.
Así, con estas peculiaridades en la inflación de la economía mexicana, las acciones de Banxico para intentar controlar el proceso de incremento generalizado en los precios son insuficientes. El aumento de los precios de alimentos que ha frenado el consumo y tanto la política monetaria como la política fiscal no pueden controlar los precios de los productos de la Canasta de Consumo Mínimo que impactan severamente al sector agroalimentario.