Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
El peso mexicano registró un avance frente al dólar en el inicio de la semana del 29 de septiembre, impulsado por un entorno internacional marcado por la incertidumbre fiscal en Estados Unidos y la moderación de las expectativas sobre nuevas alzas de tasas por parte de la Reserva Federal. Analistas advierten que, si bien el tipo de cambio ha respondido favorablemente al debilitamiento del dólar, se mantienen riesgos derivados de factores externos como la caída del petróleo y el comportamiento del carry trade.
A 29 de septiembre de 2025, el estratega de mercados Felipe Barragán, de la firma Pepperstone, señaló que "el peso comenzó la semana siguiendo el ejemplo de Washington en lugar del de Ciudad de México". La proximidad de la fecha límite del 1 de octubre para un acuerdo fiscal en Estados Unidos y la posibilidad de un cierre gubernamental han generado presión sobre el dólar y fortalecido monedas emergentes como el peso mexicano.
En el ámbito interno, la reciente reducción de 25 puntos base por parte del Banco de México dejó la tasa de referencia en 7,50%, decisión que, según Barragán, "marcó un tono cauteloso de flexibilización", manteniendo atractivo el diferencial de tasas frente a otras economías. Aunque la inflación general se situó en 3,74% interanual y la subyacente en 4,26%, ambas cifras rozan el límite superior del objetivo del banco central, lo que limita la posibilidad de recortes más agresivos.
Respecto a la materia macroeconómica, el desempleo se ubicó en 2,6% en agosto, cifra ajustada estacionalmente, lo que sugiere una relativa fortaleza del mercado laboral. Esta combinación de factores internos y externos sostiene temporalmente la apreciación del peso, aunque de forma moderada.
No obstante, el escenario presenta señales de vulnerabilidad. El retroceso del petróleo tras el restablecimiento del suministro kurdo y las especulaciones sobre un aumento en la oferta de la OPEP+ plantea un riesgo fiscal para México, país con alta dependencia de ingresos petroleros. De igual forma, la posible pérdida de atractivo del carry trade ante rendimientos más bajos o escenarios de volatilidad global podría afectar el tipo de cambio.
Barragán advirtió que "una rápida resolución presupuestaria o un aumento en los rendimientos estadounidenses probablemente limitarían o revertirían el movimiento" del peso. Por el contrario, si la incertidumbre persiste y la Reserva Federal mantiene una postura más flexible, el peso podría seguir beneficiándose de un contexto externo favorable.
La evolución del tipo de cambio en los próximos días dependerá en gran medida de las decisiones legislativas en Estados Unidos, los próximos datos de inflación en México y las señales que emita el Banco de México sobre su política monetaria.