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Según un informe del Banco Mundial, los trabajos de países latinoamericanos y del Caribe se estarán moviendo hacia ocupaciones intensivas y tareas cognitivas no rutinarias. Estos cambios acelerados en el empleo en la región podrían variar en cuanto a magnitud y tiempo, pero preocupa particularmente en los países donde ya existe una marcada desigualdad salarial.
Los cambios en los niveles de empleo en los diferentes sectores de la economía no son el único cambio que tiene el desarrollo económico, pues también cambia la asignación de la mano de obra dentro de los sectores. En otras palabras, a medida que se desarrollan las economías, cada sector de la economía emplea relativamente menos personas directamente en el proceso de producción y más personas dedicadas a producir valor agregada de manera intangible. En este contexto, las tecnologías nuevas facilitan tanto la producción, como los flujos de mercancías y oportunidades para productos potenciales o tecnologías que permitan crear nuevas industrias.
Particularmente, en el caso mexicano, podría ayudar a que algunos de los puestos de trabajo que Estados Unidos ha externalizado del sector manufacturero, se desarrollen en México y otras economías de América Central, sobre todo.
Dentro del informe "Efecto viral: COVID-19 y la transformación acelerada del empleo en América Latina y el Caribe", el Banco Mundial expuso una evidencia mixta de que dicha polarización del mercado laboral ha llegado ya hasta los países en desarrollo, pero se cuenta con la preocupación manifiesta de que llegará en algún momento a estos países.
Las ocupaciones intensivas en tareas cognitivas no rutinarias (tanto analíticas como interpersonales) prevén un aumento considerable posterior a la pandemia, ya que los efectos que ha tenido sobre los ingresos y las preferencias de los consumidores están cambiando la estructura de las economías en la región de América Latina y el Caribe, según el informe del Banco Mundial.
Si bien la cronología en la adopción de estos nuevos enfoques no es del todo clara, es posible que las transformaciones de los lugares de trabajo y las capacidades requeridas, se presenten abruptamente en la mitad de la vida laboral de muchos trabajadores. Esto implica una adaptación rápida a las nuevas tareas que se deben realizar en el trabajo y, por ende, nuevas aptitudes a desarrollar. El informe menciona el papel de los diferentes gobiernos de la región para ayudar a los trabajadores a mejorar sus capacidades y habilidades para los nuevos puestos de trabajo y, de esta forma, colaborar con minimizar el ajuste de los trabajadores a la coyuntura.
Así, según el Banco Mundial, la región de América Latina y el Caribe tiene una importante transformación del proceso de producción derivado de la pandemia y la crisis en la economía mundial. Este proceso se está moviendo a ocupaciones intensivas y tareas cognitivas y altera la ya preocupante desigualdad salarial en la región.
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