Ciudad de México,
Emiliano Fuentes
Crédito foto: Pedro Basilio (NotiPress)
Durante la segunda semana de diciembre 2019, se anunció la pronta ratificación del acuerdo comercial T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) con múltiples cambios respecto al firmado previamente y aprobado por el Senado mexicano. Esto es una buena noticia para México puesto que provee certidumbre a los inversionistas, pero es insuficiente para detonar el crecimiento del país.
Estados Unidos, propuso cambios adicionales que facilitarían la ratificación final del tratado por parte del Congreso. Dichos cambios elevan los beneficios del acuerdo para intereses de grupos políticos del país norteamericano acorde a los intereses del partido demócrata. Asimismo, la mayor parte de los cambios respecto a la versión previa del T-MEC iban en contra de competitividad de los productos mexicanos.
Las modificaciones están concentradas en temas de protección al medio ambiente, datos para medicamentos biológicos, derechos laborales, vigilancia del cumplimiento de las disciplinas y reforzamiento de algunas reglas de origen en favor de la región entre los aspectos más relevantes.
Ejemplo de las modificaciones anunciadas en vísperas de la ratificación del tratado, son las reglas de origen. El acuerdo quedó en aumentar 70% el contenido regional de acero en las exportaciones industriales dentro de los próximos 7 años y revisar en diez años la regla del aluminio. Dicha modificación se suma a las restricciones ya previamente incluidas en el T-MEC de regla de origen regional para el 70% de los automóviles y partes y el requisito de que el 40% del empleo incluido en las exportaciones del sector (autos y partes) se pague a 16 dólares por hora. Dada la posición de México en las cadenas de valor, todas estas nuevas reglas disminuyen la competitividad del sector automotriz mexicano respecto al TLCAN, aunque en el largo plazo podrían desarrollarse a nivel nacional las capacidades para recobrarla.
México se vio obligado a ceder un terreno considerable para que Estados Unidos ratifique el T-MEC, pero el riesgo de no hacerlo era enorme para la economía. No obstante, hubo resistencia en ciertas peticiones como la propuesta de la inspección de las empresas en México sobre el cumplimiento de las reglas acordadas, lo cual fue rechazado tajantemente por las autoridades mexicanas y se llegó al acuerdo de utilizar paneles en caso de existir controversias laborales.
Con la firma de las modificaciones, la aprobación del T-MEC es una buena noticia para la economía de México. Sin embargo, para recuperar el crecimiento y elevar los estándares de vida en el mediano y largo plazo, el T-MEC es un factor necesario, pero no suficiente como afirma el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
"Se requiere de otros factores que permitan la modernización de la economía, a fin de que sea posible aprovechar plenamente las oportunidades que se presentan. Al entrar en vigor el T-MEC es imprescindible que la política pública se concentre en generar condiciones para que la economía local sea capaz de aprovechar todas las ventajas del tratado y lograr una convergencia hacia las economías estadounidense y canadiense", aclaró el centro de estudios.