
Foto: Guardia Nacional
Las incautaciones recientes en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) indican una tendencia creciente en el uso de materiales industriales para ocultar drogas sintéticas y evadir los controles de seguridad. El último caso, registrado el jueves 14 de agosto, involucra 75 rollos de poliuretano impregnados con fentanilo, procedentes de China y con destino a Quito, Ecuador.
De acuerdo con la Guardia Nacional (GN), la detección se logró mediante binomios caninos y tecnología especializada en un almacén de una empresa de logística. Este tipo de ocultamiento aprovecha que materiales como el poliuretano son de uso común en sectores como la construcción, el embalaje y la manufactura, lo que dificulta su identificación a simple vista.
No es un hecho aislado. El 24 de junio, también en el AIFA, se decomisaron 70 kilos de metanfetamina en una empresa de paquetería, y días antes se aseguraron 10 kilos más de la misma sustancia en otro envío industrial. El pasado 4 de julio, en la misma terminal aérea, las autoridades incautaron 1.1 kilos de fentanilo, 3.4 kilos de cocaína, 3 kilos de metanfetamina y más de medio kilo de heroína, en operaciones que incluyeron cateos en otros estados como Baja California, Sonora y Sinaloa.
Estos casos evidencian que el tráfico de drogas sintéticas utiliza rutas comerciales y productos legítimos para encubrir cargamentos ilícitos. La GN y la Fiscalía General de la República (FGR) han intensificado las inspecciones, priorizando envíos industriales de gran volumen y procedencia internacional.
Fuentes de seguridad señalan que este modus operandi no solo busca eludir la detección en terminales aéreas, sino también minimizar sospechas en aduanas y transportes intermedios. El uso de contenedores, piezas industriales o materiales plásticos ofrece a los grupos criminales una capa adicional de camuflaje, complicando el trabajo de los equipos de inspección.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) subraya que los operativos con binomios caninos y equipos de detección química han sido clave para identificar estas cargas, incluso cuando las drogas están impregnadas en objetos o materiales aparentemente inocuos.
El análisis de estos patrones permitirá a las autoridades optimizar los protocolos de inspección, reforzar la vigilancia en sectores de alto riesgo y mejorar la cooperación internacional para frenar el uso de envíos industriales como vehículo para el narcotráfico.
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