Comer pan de muerto en Toluca puede costarte medio salario diario

 24-10-2025
Carlos Ortíz
   
Portada | Estado de México
Foto: Unsplash

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El pan de muerto, símbolo del Día de Muertos en México, se convirtió en un gasto considerable para muchas familias en Toluca, donde su precio puede alcanzar los 165 pesos por unidad. Esta cifra representa hasta el 6% del salario mínimo diario vigente en la región centro del país.

Durante la presente temporada, los precios del pan de muerto en panaderías del centro de Toluca oscilan entre 15 y 165 pesos. Las piezas más pequeñas se venden desde 25 pesos en panaderías de cadena, mientras que las versiones tradicionales medianas se ofertan en 35 pesos. Las presentaciones con relleno de crema, chocolate o ingredientes especiales como nuez y coberturas de marca pueden superar los 80 pesos, y los panes familiares alcanzan el costo más elevado.

Considerando un salario mínimo diario de 278.80 pesos, una familia de cuatro personas que adquiera una pieza individual estándar podría gastar alrededor de 100 pesos, equivaliendo al 36% del ingreso diario. Si se opta por variedades rellenas, ese gasto se eleva a unos 160 pesos, es decir, más de la mitad del ingreso diario.

Este panorama modificó los hábitos de consumo. Algunas familias redujeron la frecuencia con que compran pan de muerto, limitando su adquisición a una o dos veces al mes, frente a otras prioridades presupuestarias como transporte o alimentación básica.

La incorporación de sabores especiales influyó en el encarecimiento. Las versiones que incluyen rellenos o ingredientes no tradicionales son más costosas y menos accesibles para ciertos sectores. Una trabajadora de la ciudad recalcó a El Sol de Toluca: "una pieza grande puede costar más de 100 pesos y uno ya la piensa para comprarla porque no es como que se gane mucho".

Frente a esta situación, panaderías tradicionales ubicadas en colonias periféricas de Toluca continúan ofreciendo productos más accesibles y elaborados con recetas familiares. Estos negocios artesanales buscan mantener el vínculo con sus comunidades, conservando el sabor típico del pan de muerto.

Este alimento tiene raíces en rituales mesoamericanos y fue adaptado durante el periodo colonial con ingredientes como el trigo y el azúcar. Su forma circular representa el ciclo de la vida y la muerte; las protuberancias, los huesos del difunto, y el azúcar, las lágrimas de quienes los recuerdan.

Aunque el pan de muerto sigue ocupando un lugar central en las ofrendas del Día de Muertos, su elevado precio limitó su presencia en los hogares toluqueños, reflejando un conflicto entre tradición y poder adquisitivo.




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