
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Mientras en la Ciudad de México todavía se comercializan bolsas plásticas en mercados tradicionales, el Estado de México adopta su modelo como referencia para eliminar plásticos desechables, pero sin aplicar sanciones inmediatas. La estrategia mexiquense avanza mediante convenios con gobiernos locales y se basa en el principio internacional de "quien contamina paga", informó Alhely Rubio Arronis, secretaria de Medio Ambiente estatal.
Desde febrero de este año, más de 75 municipios del Edomex firmaron acuerdos de colaboración para adecuar su normativa local. La ley otorga noventa días hábiles para realizar esos ajustes, por lo que el plazo concluyó entre mayo y junio. Aunque no se contemplan penalizaciones, el enfoque institucional promueve una transición ordenada y corresponsable.
Rubio Arronis afirmó: "el propósito es que esta administración deje sentadas las bases normativas y operativas para lograr una eliminación efectiva de los plásticos desechables, con un calendario claro y con la participación conjunta de autoridades, ciudadanía y empresas".
Como parte de esa estrategia, el Estado tomó por referencia la experiencia regulatoria de la Ciudad de México, donde la Ley de Residuos Sólidos prohíbe desde enero de 2020 la entrega de bolsas plásticas de un solo uso. Un año después, se extendió la restricción a productos tales entre ellos platos, cubiertos, vasos, popotes y globos desechables.
Pese a la implementación del marco legal en la capital, autoridades ambientales y representantes del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) reportaron que solo el 24% del plástico generado se integra actualmente a la economía circular. En supermercados, las bolsas desaparecieron; sin embargo, en lugares como La Merced o la Central de Abasto, continúan vendiéndose por kilo, señaló Mariel Ramírez, coordinadora del Plastic Action Partnership en la capital.
La directora de WWF México, María José Villanueva, advirtió que algunas soluciones sustitutas, como las bolsas biodegradables, pueden ser incluso más contaminantes. "El punto es rechazar, no sustituir por otra bolsa de un solo uso", sostuvo.
Ambas especialistas coincidieron en que los avances requieren procesos sostenidos. Transformar la infraestructura, modificar hábitos de consumo y coordinar acciones con alcaldías y el sector privado, forman parte de un camino gradual que no garantiza resultados inmediatos.
En el caso mexiquense, la Secretaría de Medio Ambiente diseña lineamientos diferenciados para apoyar a los municipios en la implementación de la ley. Además, mantiene diálogo con cámaras empresariales a fin de impulsar la sustitución de materiales y fomentar una cultura productiva ambientalmente responsable.
Uno de los avances destacados se registra en los diez municipios que integran el Plan Integral Oriente, donde se aplica la política de "basura cero" mediante coordinación regional. Los convenios también incluyen medidas como incentivos fiscales para empresas que incorporen tecnologías sostenibles, sistemas de captación pluvial o tratamiento de aguas grises.
Finalmente, la referencia al modelo capitalino considera el tiempo que llevó consolidar el proceso en la ciudad, entre tres y cinco años. A pesar del marco legal vigente, los desafíos en su aplicación aún persisten.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS