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La lactancia materna ha sido identificada como una práctica que contribuye a reducir las emisiones contaminantes generadas por la producción y el consumo de fórmulas infantiles, según se expuso durante actividades oficiales realizadas en el Estado de México. La relación entre alimentación infantil y sostenibilidad fue abordada en la conferencia-taller Prioricemos la lactancia materna, construyendo sistemas de apoyo sostenible, bajo el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
De acuerdo con la Secretaría de Salud estatal, lactancia materna evita procesos industriales intensivos vinculados con fórmulas artificiales, como el uso de empaques, energía, plásticos, transporte y otros insumos contaminantes. Estas acciones se relacionan con el objetivo de disminuir la huella de carbono del sistema alimentario destinado a menores de edad.
El estudio publicado en el International Breastfeeding Journal calculó que cada kilogramo de fórmula infantil genera entre 11 y 14 kilogramos de dióxido de carbono equivalente (CO₂e), al considerar todo el ciclo de vida del producto, desde su elaboración hasta su preparación final. Este análisis también documenta impactos asociados a la deforestación, el uso intensivo de agua y la emisión de metano en la industria lechera.
Durante el evento, se destacó que en el Estado de México operan nueve Bancos de Leche Humana los cuales brindan apoyo a menores que no pueden ser alimentados directamente al seno materno. Además, se impulsa la instalación de salas de lactancia en centros laborales y espacios comunitarios, con el objetivo de facilitar esta práctica en condiciones adecuadas.
Estas acciones, según autoridades y organismos internacionales, forman parte de una estrategia más amplia para atender desafíos en salud y medio ambiente vinculados con la alimentación infantil. María Radilla Vázquez, Oficial Nacional de Salud y Nutrición de UNICEF México, señaló la muerte anual de 820 mil menores de cinco años por causas relacionadas con deficiencias nutricionales. En relación con el impacto ambiental, indicó la producción de fórmulas lácteas puede generar hasta 4 mil veces más gases de efecto invernadero en comparación con la lactancia materna.
Por otro lado, cifras del mismo estudio internacional indican que las ventas de fórmula infantil en seis países del Asia-Pacífico en 2012 generaron más de 2.8 millones de toneladas de CO₂e, equivalente a recorrer más de 6 mil millones de millas en automóvil. La mayor proporción de estas emisiones se atribuyó a las fórmulas para etapa de crecimiento, clasificadas como innecesarias por organismos de salud pública.
El análisis técnico también advierte que los efectos ambientales del uso extendido de fórmulas infantiles se suman a los desafíos en nutrición y salud materno-infantil. Esta información fue utilizada para sustentar la promoción institucional de redes de apoyo a la lactancia en el Estado de México, como mecanismo integral para reducir impactos sanitarios y ambientales.
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