Ciudad de México ,
Carlos Ortíz
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El Estado de México mantiene viva la práctica de la medicina tradicional, una forma ancestral de cuidado de la salud basada en el uso de plantas, rituales y saberes comunitarios. En diversas regiones rurales, estos conocimientos milenarios continúan presentes en la vida cotidiana, como parte del vínculo espiritual y material con la naturaleza.
Según la revista Regenerando el Campo en la edición de diciembre de 2025, esta práctica se expresa a través de la herbolaria y los rituales asociados a la cosmovisión de los pueblos originarios. Las plantas medicinales no sólo alivian dolencias físicas, sino que acompañan los ciclos agrícolas y promueven el bienestar colectivo. "Las curaciones suelen estar acompañadas de cantos, oraciones y agradecimientos que forman parte del bienestar colectivo y espiritual", refiere el documento.
Entre las especies más comunes destacan el epazote, la sábila, la manzanilla, el poleo, el ajo y la jamaica, cada una con propiedades terapéuticas específicas. Estas plantas cumplen funciones curativas y simbólicas, reforzando la conexión entre salud, territorio y cultura como también su conexión metafísica.
En el ámbito nacional, la medicina tradicional también es reconocida formalmente. De acuerdo con declaraciones del exsecretario de Salud, Jorge Alcocer, emitidas el 14 de marzo de 2023, el gobierno mexicano integró a 753 médicos tradicionales al programa IMSS Bienestar, con el objetivo de brindar atención con pertinencia cultural en comunidades indígenas. Los especialistas incluyen sobadores, hueseros, hierberos, curanderos y parteras, quienes forman parte activa de los sistemas comunitarios de salud.
Entidades como Veracruz, Guerrero, Morelos, Nayarit y Tlaxcala, los médicos tradicionales colaboran con unidades de salud del IMSS, derivando pacientes y ofreciendo atención basada en conocimientos ancestrales. El modelo, comparado por autoridades federales con el "tequio" —trabajo comunitario no remunerado—, trabaja con la premisa de acercar la salud a zonas de alta marginación.
Curanderos, hierberos y parteras mantienen prácticas de la medicina tradicional en comunidades del Estado de México, donde las dolencias se clasifican en naturales y sobrenaturales. De acuerdo con la revista publicada por el gobierno mexiquense, esta práctica usa las plantas medicinales, rituales, oraciones y cantos, y se transmite entre generaciones como parte del conocimiento ancestral asociado a la actividad rural y forestal.