
Foto: Patricia Manero (NotiPress)
El ciclismo de montaña en el Estado de México ha generado preocupación entre especialistas ambientales y grupos ciclistas, quienes advierten sobre la ausencia de regulación agrava los impactos en zonas naturales protegidas. Esta actividad ha contribuido a la compactación del suelo, la alteración de hábitats y la pérdida de vegetación en lugares como el Nevado de Toluca, Valle de Bravo y Sierra Morelos.
David Pérez Castillo, profesor-investigador del Tecnológico de Monterrey, declaró que el ciclismo de montaña, al igual que otras actividades humanas, produce efectos sobre el ambiente. "Aunque es un deporte que acerca a las personas a la naturaleza, la compactación de los suelos, la apertura de senderos, la destrucción de plantas y el ahuyentamiento de fauna son consecuencias que ya se observan", afirmó.
También explicó que los vehículos empleados para trasladar bicicleta contribuyen a aumentar la presión sobre las zonas protegidas. Señaló la necesidad de establecer reglamentos específicos, accesos controlados y definir la capacidad de carga, siguiendo el ejemplo de países con regulación ambiental.
Luz María Gómez Ordóñez, representante del Movimiento Ecologista del Estado de México, sostuvo que la falta de vigilancia ha permitido que diversas actividades, incluyendo el ciclismo, afecten los ecosistemas. Destacó que el Nevado de Toluca y otros parques estatales presentan deterioro por tala clandestina, pastoreo y expansión urbana. "El ciclismo de montaña tiene beneficios, pero también compacta el suelo y disminuye la cobertura vegetal. Al compactarse, el agua no filtra hacia los mantos freáticos y se altera el hábitat de especies como abejas y reptiles", indicó. En areas como El Oro, Villa del Carbón, Jocotitlán y Sierra Morelos, recomienda aplicar reglamentos que definan rutas permitidas, límites de carga y un sistema de manejo de residuos.
Roy, integrante del Club Bikers Serpiente Coacalco, coincidió en que los ciclistas deben asumir responsabilidad. "La montaña es un ser vivo y merece respeto. Sabemos que hay compactación de suelo y modificación de hábitat, pero eso implica seguir reglas, aunque no siempre estén escritas", comentó.
El objetivo, según ambientalistas y usuarios, es establecer normas permitiendo la convivencia entre la práctica deportiva y la conservación ambiental, protegiendo los ecosistemas vulnerables ante el aumento del turismo deportivo en el Estado de México.
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