Ciudad de México,
Iván González
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Debido a la pandemia de coronavirus a la que se enfrenta el mundo, millones de actividades económicas se están deteniendo para salvaguardar la salud de la población, aunque, con ello, la salud financiera se está deteriorando cada día más.
Aunque el COVID-19 afecta a todas las empresas -o a la mayoría de ellas-, las más tocadas son las micro, pequeñas y medianas empresas alrededor del mundo, pues no tienen la capacidad de reacción que una empresa multinacional puede tener. Es por ello que organismos financieros internacionales han tomado la medida de apoyar a los sectores empresariales de los países más delicados con un desembolso de 26 mil millones de dólares.
El Banco Mundial, junto con la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), acordaron aumentar a 14,000 millones de dólares el fondo de recursos económicos disponibles para enfrentar la pandemia generada por el COVID-19, con el fin de aminorar el impacto económico en los grupos más vulnerables, ayudarlos a mantener sus empleos y darles la posibilidad de seguir invirtiendo en el futuro. Los préstamos buscan reforzar la cadena de empleo generada por las pymes en los 198 países que conforman esta alianza ya que, de cerrar, se perderían miles de empleos y la situación financiera sería más difícil de recuperar a futuro. El IFC tiene experiencia en aplicar iniciativas de estímulo al sector privado ante crisis mundiales, como la crisis financiera de 2008 y la epidemia de Ébola en África.
Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo subió a 12,000 millones de dólares el apoyo económico para los países de América Latina el 26 de marzo de 2020. El organismo, liderado por el colombiano Luis Alberto Moreno, atenderá la crisis que se genere a causa de los casos de coronavirus en la región, además de dar apoyo financiero a las pymes de América Latina; siguiendo los mismos lineamientos del Banco Mundial y del IFC, el BID tratará de reforzar los sectores más vulnerables, como lo son las micro, pequeñas y medianas empresas, que representan el 70% de los empleos de la región.
Cabe destacar que, tanto el Banco Interamericano de Desarrollo como el IFC y el Banco Mundial, debieron aumentar los montos de apoyo inicial ante la gravedad de la situación; los dos últimos habían destinado 6,000 millones de dólares a principios de marzo, mientras el Banco Interamericano de Desarrollo ofreció 2,000 millones de dólares una semana después.