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Zona Euro tuvo un retroceso en el segundo trimestre de 2019, ya que en el segundo trimestre del año (abril-junio) el PIB del conjunto europeo se elevó tan solo 0.2% en comparación con los primeros tres meses de 2019.
Dentro de las economías de la zona Euro que han alterado seriamente el índice antes mencionado, se encuentra la economía alemana que ha registrado una contracción del 0,1% del PIB en el segundo trimestre, comparándolo con el incremento del 0,4% de enero a marzo de 2019.
Este obstáculo se debe en gran medida al estancamiento en el PIB alemán, cuyo índice de crecimiento económico presentó un nulo crecimiento (0,0%) con el que logro evitar una recesión, pero no aporta datos alentadores para el futuro de la economía doméstica.
Así, que el PIB de la zona Euro se expandió un 0,2% en el segundo trimestre, después de una expansión del 0,4% en los tres primeros meses del año lo cual significa una disminución importante en el pronóstico anterior.
Si se voltean a ver los índices de balanza comercial, la actividad económica mundial en su conjunto se ralentizó durante el segundo trimestre, mientras que las importaciones crecieron menos que en el primer trimestre y las exportaciones se mantuvieron estables tras un crecimiento del 0,9% en el trimestre anterior.
En general, el comercio contribuyó con 0.1 % negativos a la cifra del PIB, por lo que muestra una agudización en la balanza comercial respecto a México.
Los anteriores ajustes a la baja, están fuertemente relacionados con las consecuencias de la guerra comercial, Aunque la UE no está directamente implicada en este conflicto, las empresas europeas han sufrido las consecuencias.
El crecimiento de la zona Euro se redujo a la mitad en el segundo trimestre de 2019, debido en gran medida a la contracción de la economía alemana, que es la mayor economía del bloque europeo y depende en gran medida de las exportaciones, afectadas por la contracción de la economía mundial.
La nueva caída en los sectores industriales alemanes en julio 2019, ha incrementado los riesgos de recesión en el tercer trimestre del año, puesto que tradicionalmente es el motor económico de toda Europa.
Alemania, la cuarta economía más poderosa del mundo, sigue emitiendo señales preocupantes, y su sector industrial, que en la actualidad es de más de una quinta parte del PIB de la economía alemana, tiene serias complicaciones y muestra una contracción significativa vinculada con las tensiones comerciales a nivel mundial que disminuyen el comercio global en general.
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