Ciudad de México,
Ali Figueroa
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Entre las iniciativas relevantes para impulsar la recuperación económica durante la nueva normalidad, la preservación de la biodiversidad y proyectos basados en economías sustentables se han vuelto una nueva oportunidad para empresas, gobiernos y organizaciones. Sus beneficios abarcan desde la creación de suficientes empleos que respondan a las pérdidas derivadas de la pandemia de Covid-19, hasta oportunidades de negocios con el uso de recursos renovables ante la volatilidad en los precios de combustibles fósiles.
De acuerdo con el World Economic Forum (Foro Económico Mundial, WEF por sus siglas en inglés), alrededor de 305 millones de empleos en el mundo se encuentran en riesgo como consecuencia de la crisis sanitaria, precios del crudo, y políticas de cuarentena. Con base en las pérdidas por la situación del desempleo y producción local, el WEF prevé una contracción económica general de 4.9% en 2020, en caso de no responder de manera adecuada.
Asimismo, entre los riesgos a largo plazo que pueden complicar la creación de nuevos empleos y la recuperación económica, la destrucción de ecosistemas y biodiversidad debido al cambio climático y calentamiento global figuran con un peso importante. Según los especialistas del WEF, entre 11% y 16% de la pérdida de biodiversidad en el planeta es consecuencia directa del calentamiento global; asimismo, la acelerada pérdida de biodiversidad podría provocar un colapso en las economías mundiales, ya que las cadenas de producción y energéticos dependen de su correcto funcionamiento y abundancia.
Para responder a esta situación de crisis, el WEF, en colaboración con AlphaBeta, empresa de estrategias de mercado, inversiones y aprendizaje, publicó un reporte y modelo de trabajo titulado El Futuro de la Naturaleza y los Negocios, como parte del Reporte de Nueva Economía y Naturaleza, (NNER por sus siglas en inglés) con el objetivo de generar estrategias de recuperación económica y crecimiento después de la pandemia, a partir de la conservación de ecosistemas y biodiversidad, inversión en energías sustentables, y uso de recursos naturales renovables.
Este modelo de trabajo parte de la necesidad de hacer negocios con una perspectiva basada en la conservación de la biodiversidad, y se divide en tres sistemas: comida, uso de la tierra y los océanos; infraestructura y construcción de entornos; energía y extracciones. Respecto al sistema de alimento, uso de tierra y océanos, el WEF informó que este sector tiene el mayor potencial para generar oportunidades laborales, y crear 191 millones de empleos en los próximos 10 años. Por su parte, los sistemas que abordan la infraestructura y energéticos tienen por objeto la operación con recursos renovables y energías limpias, sin depender de los combustibles fósiles ni la volatilidad de los precios del crudo.
Ya que los tres sistemas buscan proveer recursos naturales para el funcionamiento de la economía global, a través de una transición a su modelo de trabajo, el NNER indicó que se requiere una inversión de 2.7 trillones de dólares para 2030, con la participación de la iniciativa privada y fondos gubernamentales, con objeto de mitigar dificultades administrativas y poder generar empleos en ambos sectores. La transformación adecuada de estos sistemas propiciará la creación de 395 millones de empleos y ganancias por 10.1% trillones de dólares, equivalentes al 12% del Producto Interno Bruto (PIB).
Debido a este enfoque basado en la posibilidad de crecimiento económico y preservación de los sistemas que benefician una economía limpia y sustentable, con la participación de los sectores público y privado, apostar por la recuperación y preservación de la biodiversidad representa una nueva oportunidad de negocios para después de la pandemia de Covid-19.