Ciudad de México ,
Ariadna Armas
Crédito foto: Pedro Basilio (NotiPress)
El brexit ya es casi una realidad para el nuevo primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, quien en sus primeros días de mandato se ha negado a reunirse con la Unión Europea para establecer conversaciones sobre la salida del bloque. Sin embargo, el mandatario declaró que no se iniciarán las negociaciones hasta eliminar el respaldo irlandés.
A pesar de las invitaciones de la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el portavoz oficial de Johnson aclaró que el mandatario no tendrá pláticas a menos de que la Unión Europea acepte reabrir el acuerdo de retirada para Reino Unido.
Durante una visita a la planta nuclear de Trident en Faslane, Escocia, el primer ministro insistió a los medios sobre la existencia de un panorama favorable para iniciar conversaciones y lograr un acuerdo positivo para todas las partes: "Estoy confiado en que tendremos un acuerdo, pero también es correcto para prepararnos para un no acuerdo". De esta manera, señaló la disposición de lograr un brexit con acuerdo lo cual aliviaría las tensiones con sus pares europeos Angela Merkel (Alemania) y Leo Varadkar (Irlanda) quienes se han mostrado fuertes en su posición contra la renegociación del Acuerdo de Retirada.
"Debemos proteger la integridad de nuestro mercado interno, pero también queremos mecanismos, por ejemplo, que son importantes y necesarios para nuestro estado miembro Irlanda, ya que somos conscientes de la fragilidad entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Creo que podemos encontrar soluciones sin reabrir el Acuerdo de Retirada" agregó Merkel en el contexto de la cumbre de Bratislava, Eslovaquia en febrero de 2019.
Por parte de Irlanda, los funcionarios han interpretado la tardanza de Johnson al contactar al primer ministro irlandés, Leo Varadkar, como una falta de voluntad para establecer conversaciones serias a favor de todos los integrantes de la UE, por lo que el primer ministro ha sostenido "si se culmina el brexit el 31 de octubre y Reino Unido saca a los irlandeses de la Unión Europea contra su voluntad, si les arrebata su ciudadanía europea y pone en peligro el proceso de paz, van a emerger preguntas y tenemos que estar preparados para la situación".
La Unión Europea ha dejado clara su postura de no renegociar el acuerdo de salida de Reino Unido, por lo que, si Johnson continúa sin negociar bajo los términos actuales de la UE, los planes del brexit podrían significar nuevas barreras aduanales y arancelarias, así como el sometimiento de Reino Unido a las regulaciones comerciales de la Organización Mundial del Comercio (OMC), mucho menos ventajosas y que no completan las necesidades de la nación.
Algo para tener en cuenta es el papel de Escocia en este conflicto, el 28 de julio de 2019 el primer ministro hizo su primer viaje oficial a esta región, con el fin de mostrar su compromiso con la unión de Reino Unido. El descontento de los escoceses se vio volcado en los abucheos hacia Johnson al llegar a la residencia oficial de la primer ministro de Escocia, Nicola Sturgeon y esto ha vuelto a poner en discusión la posibilidad de independencia del país ante el brexit sin acuerdo. Cabe mencionar que en el histórico referéndum de 2014, el pueblo escocés votó por seguir perteneciendo a Reino Unido, mas el triunfo del brexit en el plebiscito de 2016 volvió a abrir el debate, así como la posibilidad de un "divorcio caótico" por parte de Johnson.
"El pueblo de Escocia no ha votado por este Gobierno conservador, no ha votado por este nuevo ministro y ciertamente no ha votado por un catastrófico brexit son acuerdo que ahora Boris Johnson está planeando" declaró la líder de Escocia, e hizo hincapié en la posibilidad de un nuevo referéndum independentista.
Con los días contados para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, las campañas en función de preparar a los involucrados para las posibles consecuencias económicas que podría traer la ausencia del acuerdo podrán iniciar antes del 31 de octubre. Asimismo, partidarios del brexit y el propio Boris Johnson alegan que los análisis económicos son "exagerados", ya que salir de la UE significaría libertad para negociar sus propios tratos comerciales, establecer políticas migratorias propias y también dejarían de pagar a la Unión Europea, por lo tanto, beneficiaría a Reino Unido a largo plazo.