Ciudad de México,
Ali Figueroa
Crédito foto: X @WhiteHouse
De acuerdo con el presidente Nayib Bukele, El Salvador cooperará con Estados Unidos para mantener encarcelados a los migrantes irregulares deportados, para eso pone a disposición las instalaciones del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). En una reunión de alto nivel entre los presidentes, sostenida el 14 de abril en la Casa Blanca, el mandatario salvadoreño declaró que los encarcelamientos son clave para liberar a 350 millones de estadounidenses del crimen organizado.
Con el Acta Ejecutiva 1798 invocada por el presidente Donald Trump en su segundo mandato, el gobierno estadounidense adquirió la facultad de deportar a las personas migrantes sin un proceso legal completo. Al considerar a los individuos externos como invasores que atentan contra la seguridad nacional, la Oficina de Detención y Deportación (ICE, por sus siglas en inglés) puede detener y extraditar sin respetar los derechos humanos.
Por su parte, los agentes fronterizos pueden cometer detenciones con impunidad ante la designación de grupos del crimen organizado como organizaciones terroristas. Bajo esta línea, la política penitenciaria de Estados Unidos habilitó un centro de detención en la base naval de Guantánamo, capaz de retener a 30 mil migrantes en situación irregular.
Ante los intereses de Partido Republicano, el presidente Bukele se posicionó como un aliado clave para combinar las políticas migratorias y penitenciarias de su homólogo estadounidense. Para lograr esta cooperación, el gobierno salvadoreño aceptó financiamientos estadounidenses a cambio encarcelar migrantes deportados desde Estados Unidos, como en el caso de los 200 venezolanos detenidos sin orden judicial.
La reunión bilateral entre Estados Unidos y El Salvador representa la promesa de incrementar la cooperación para la dinámica de encarcelamiento bajo la supervisión del secretario Marco Rubio. Según Amnistía Internacional, los intereses de ambos países atentan contra los derechos humanos, y dieron lugar a una serie de deportaciones y encarcelamientos sin apego a la ley.
Finalmente, tras ser cuestionado por la política penitenciaria en Cecot el 14 de abril, Bukele respondió que en su opinión la megacárcel no sirve para encerrar migrantes, sino para proteger a los habitantes salvadoreños y estadounidenses. Este hecho ocurrió en respuesta a la deportación y encarcelamiento sin orden judicial contra Kilmar Abrego García, un residente de Maryland deportado erróneamente.
El incidente de Kilmar García, quien fue privado de la libertad y enviado a la megacárcel de Bukele, incrementó las tensiones internacionales y al interior de la política estadounidense. Una de las voces que se manifestó en contra de su deportación fue el senador de California, Alex Padilla, quien aseguró que invocar el acta de 1798 es una estrategia para ignorar los procesos jurídicos y enviar a personas inocentes a cárceles como Cecot y Guantánamo.