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En Estados Unidos, al igual que en muchas partes del mundo, la religión ocupa un lugar en la política, especialmente durante las elecciones presidenciales. En el país que se encuentra próximo a elegir a su nuevo presidente, el llamado "Cinturón Bíblico" se ha hecho notar sobre todo en los estados con fuertes convicciones religiosas y conservadoras en donde algunos pastores predican los domingos y proponen leyes como senadores los lunes.
Ubicado en el sur del país, el Cinturón Bíblico está conformado por nueve estados en donde poco se discute sobre la preferencia entre el republicano Donald Trump, que se presenta como protestante, y la demócrata Kamala Harris, que creció en un hogar de tradición protestante e hindú y que está casada con un judío.
Si bien el cristianismo es un actor de gran peso en la política estadounidense, los sectores más conservadores han intensificado sus intenciones de injerir en la política nacional. De acuerdo con el pastor y senador de Oklahoma, Dusty Deevers, en una entrevista concedida a BBC, en el corto plazo, este sector busca terminar con el aborto, eliminar la pornografía y poner fin al cobro de impuestos a la renta y a la propiedad.
Pero la columna vertebral de su misión es convertir a Estados Unidos en una nación cristiana. "La mayor esperanza de esta nación, y la mejor persona para llenar el vacío de liderazgo es Cristo", afirma Deevers quien cuenta que su sueño es que las leyes del país sigan las de la Biblia.
Aunque Estados Unidos es un país políticamente laico, el Cinturón Bíblico logró varios avances de su agenda en su región. En Luisiana, por ejemplo, se ordenó a todas las aulas escolares tener colgados en las paredes los Diez Mandamientos; en Alabama, la Corte Suprema determinó que los embriones congelados son "bebés" lo cual provocó el cierre temporal de algunas clínicas de fecundación in vitro. Mientras que, en Oklahoma, la Superintendencia de Instrucción Pública emitió la obligatoriedad de la enseñanza de la Biblia en las escuelas públicas del estado.
Sin embargo, los grupos detrás de todas estas iniciativas no son huérfanos ya que encontraron un lugar ideal dentro del partido republicano y, especialmente, bajo el ala de Donald Trump. "Trump fue enviado por Dios a gobernar este país", afirma Jackson Lahmeyer, fundador del grupo Pastors4Trump (Pastores por Trump), cuyo objetivo es "movilizar al bloque de votantes evangélicos".
Trump le fue de gran ayuda al Cinturón Bíblico luego de que, durante su presidencia, nominara a tres jueces a la Corte Suprema asegurando una mayoría conservadora en el máximo órgano judicial del país. Esta porción mayoritaria logró eliminar en 2022 el derecho al aborto a nivel nacional dejando la decisión a cada estado.
No obstante, cabe destacar que el candidato republicano negó buscar la prohibición total del aborto, lo cual le ha costado críticas entre los más ultraconservadores. Aun así, muchos creyentes ven a Trump como un candidato mucho más cercano a su fe que la demócrata Kamala Harris.
Luego de que Trump perdiera las elecciones en 2020, muchos pastores crearon el movimiento de extrema derecha ReAwaken America Tour, liderado por el empresario de Oklahoma Clay Clark. Hasta el día de hoy, organizan eventos que congregan evangélicos, defensores de las armas, anti-inmigrantes, anti-LGBTQ+, anti-comunistas y todo aquel que siente que Trump puede proteger su estilo de vida.
Algunas ideas que pregona este grupo tuvieron gran circulación en redes sociales y algunas están incluidas en el proyecto 2025, la propuesta de Trump para reformar el gobierno federal. Aunque se ha distanciado de esta agenda la cual incluye entre otras cosas colocar a la familia como pieza central de la vida estadounidense, estos sectores religiosos podrían presionar al candidato republicano con estas propuestas si logra regresar a la Casa Blanca.
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