Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Patricia Manero (NotiPress/Composición)
Reino Unido logró convertirse en el primer país del Grupo de las siete economías más poderosas del mundo (G7) en deshacerse definitivamente del carbón. Recientemente, la nación informó del cierre de Ratcliffe-on-Soar, la última central eléctrica de carbón de Gran Bretaña, un acontecimiento muy significativo para el país que inició la revolución industrial gracias al carbón.
En 1880, Thomas Edison inauguró en Londres la primera central eléctrica de carbón del mundo. Desde entonces, el carbón ha sido partícipe del desarrollo británico durante más de un siglo, llegando a representar el 80% de la producción nacional de electricidad en la década de 1980. Actualmente, el Reino Unido pasa a una nueva etapa al abandonar uno de los combustibles fósiles más acusados de propagar el calentamiento global.
Con el cese de las actividades de Ratcliffe-on-Soar culmina el proceso de eliminación progresiva del carbón que comenzó hace aproximadamente una década, cuando el Gobierno británico anunció su intención de eliminar este combustible fósil para 2025. De hecho, la central de Ratcliffe-on-Soar debería haberse cerrado ya a finales de 2022, pero entonces la empresa que la posee y explota, la alemana Uniper, aplazó el cierre debido a la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania.
De acuerdo con cifras publicadas por The Guardian, en 2012 el carbón representaba el 40% de la producción nacional de electricidad, pero para 2023 se redujo al 1%. En la actualidad, más de la mitad de la electricidad de Reino Unido procede de fuentes renovables, como la eólica y la solar, y el resto procede del gas natural y la energía nuclear. De esta forma, la nación se sitúa como la potencia económica mejor posicionada para la transición hacia energías más limpias.
Según el Washington Post, Gran Bretaña "es el primer país del G7 que abandona el carbón", por delante de naciones como Italia, la cual tiene previsto ese plan para 2025, Canadá, para 2030 y Alemania, en 2038. Aun así, el uso del carbón está disminuyendo considerablemente en Europa. En cuanto al resto del mundo, la situación puede ser la inversa. Países como China, India, Estados Unidos y Japón produjeron en el año 2023 más de tres cuartas partes de toda la electricidad procedente del carbón, lo cual representa un largo tramo que el mundo en su conjunto le queda por recorrer para obtener el abastecimiento total de energía renovable.