Ciudad de México,
Fernanda Toscana
Crédito foto: JuniperPhoton en Unsplash
Cuando se habla de la huella de carbono, se hace referencia a una métrica ambiental, la cual calcula todas las emisiones generadas de gases de efecto invernadero. Asimismo, la importancia de conocer la huella de carbono radica en la posibilidad de saber con precisión la manera en que estos contribuyen al calentamiento global y aceleran el cambio climático.
Sin embargo, el término "huella de carbono" surge a inicios de los años 2000, a raíz de una campaña por parte de la petrolera British Petroleum. En dicha publicidad, la especialista en el manejo de hidrocarburos promovía la idea de que el cambio climático no recaía tanto en la industria, sino en los individuos. Por este motivo, la empresa presentó su calculadora de huella de carbono en el 2004, con la intención de comprobar cómo con actividades cotidianas tales como comprar comida y viajar, también se podía "calentar al mundo".
Desde entonces, la huella de carbono se popularizó e inclusive la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos cuenta con una calculadora de estas, entre muchos otros organismos a nivel mundial. Es importante destacar, expertos califican a dicha campaña publicitaria como "un éxito rotundo", al lograr infundir el término en el léxico cotidiano de la población.
No obstante, los especialistas instan a reconsiderar el término desde una nueva perspectiva y aseguran existe evidencia clara la cual demuestra que dicho concepto se trata de una farsa. Lo anterior es mencionado y puesto en tela de juicio debido a que British Petroleum fue el encargado de derramar cientos de millones de galones de petróleo en el Golfo de México en el 2010.
La empresa británica actualmente promociona su incursión en combustibles con bajo contenido de carbono, pero de acuerdo con expertos en temas de medio ambiente, estos tienen un alcance limitado. A eso sumándole el hecho de que la petrolera británica sigue produciendo abundantes cantidades de hidrocarburos diariamente. "Mientras los combustibles fósiles sean la base del sistema energético, no se tendrá una huella de carbono sostenible", puntualizó en un artículo Benjamín Franta, investigador de la Universidad de Stanford.
"Aunque superficialmente inocuo, la 'huella de carbono' tiene como objetivo manipular el pensamiento sobre una de las mayores amenazas ambientales de nuestro tiempo", sentenció, Geoffrey Supran, quien es catedrático de la Universidad de Harvard e investiga las tácticas en los intereses de los combustibles fósiles. De igual manera, el historiador de la ciencia agregó que a industria petrolera tiene un historial comprobado de comunicación estratégica para confundir al público.