Ciudad de México,
Martín Olivera
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Un nuevo capítulo en la presión internacional contra Venezuela tomó forma el 16 de diciembre de 2025, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un bloqueo total a los petroleros sancionados que entran o salen del país sudamericano. Esta medida no surgió de manera aislada: tiene sus raíces en una serie de acciones que Washington inició en 2019. Las mismas iban dirigidas a debilitar el control del gobierno venezolano sobre su principal fuente de ingresos, la exportación de crudo.
En aquel año, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones contra seis buques propiedad de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), señalando su participación en el envío de petróleo a Cuba. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) los identificó como "propiedad bloqueada", en cumplimiento con la Orden Ejecutiva 13884, que restringía el acceso del gobierno de Nicolás Maduro al sistema financiero estadounidense.
La medida, según el Tesoro, respondía a una operación sistemática en la que "funcionarios cubanos estaban al tanto de la salida de Venezuela hacia Cuba de varios buques cargados con petróleo venezolano". Entre las embarcaciones sancionadas figuraban el Icaro, Luisa Cáceres de Arismendi, Manuela Sáenz y Yare, según registros oficiales. A esto se sumaba la designación de Cubametales, la empresa estatal cubana de importación de crudo, por su rol en estas operaciones.
Justin Muzinich, entonces vicesecretario de Hacienda, afirmó en ese contexto: "Cuba y el ex régimen de Maduro siguen tratando de eludir las sanciones cambiando los nombres de los buques y facilitando el movimiento de petróleo de Venezuela a Cuba". Estas acciones, señaló el funcionario, formaban parte de un trabajo por cortar los flujos financieros que sostenían al aparato estatal venezolano.
Durante los años siguientes, las sanciones económicas impuestas fueron objeto de ajustes progresivos. En 2024, el gobierno de Maduro prometió la realización de elecciones libres, lo que llevó a una flexibilización parcial de las restricciones. No obstante, en 2025, con la tensión nuevamente en aumento, la administración Trump reinstauró sanciones y amplió su presencia militar en el Caribe.
El reciente bloqueo fue anunciado por el presidente estadounidense a través de redes sociales, donde declaró: "Venezuela está completamente rodeada por la Armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica". En el mismo mensaje agregó: "Hoy ordeno un bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entran y salen de Venezuela".
La incautación del petrolero Skipper, reportada días antes del anuncio, también marcó un punto de inflexión. Según The New York Times, el buque fue detenido por órdenes judiciales debido a sus vínculos previos con contrabando de petróleo iraní, aunque en esta ocasión transportaba crudo venezolano.
Dicha escalada se extendió al espacio aéreo. La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) renovó su advertencia sobre los riesgos de sobrevolar Venezuela, indicando posibles amenazas a todas las altitudes.