Ciudad de México,
Julia Alós
Crédito foto: Unicef
Aproximadamente 597 mil migrantes latinoamericanos han sido deportados desde el ascenso al poder del actual presidente estadounidense, Joe Biden. La administración justifica las expulsiones apelando al Título 42 del Código de Estados Unidos, el cual establece el cierre de las fronteras para resguardar la seguridad nacional de la pandemia por Covid-19. Gracias a esto, miles de migrantes se encuentran en condiciones de hacinamiento y vulnerabilidad, ya que cuentan con acceso limitado a agua potable, alimentos, refugio, servicios sociales y médicos.
Por causa de la inestabilidad política, social y económica que se vive en múltiples países de Latinoamérica, miles de personas se han visto obligadas a migrar en búsqueda de refugio. Gran parte de los refugiados decidieron encaminarse a Estados Unidos tras promesas de Biden por legislar una reforma migratoria menos restrictiva, la cual permitiría la residencia permanente de migrantes en el país. Sin embargo, al llegar a la frontera norte de México los refugiados son deportados, Médicos Sin Fronteras (MSF), organización humanitaria internacional, condena esta violación al derecho internacional que usa la pandemia global como excusa.
"La situación de los migrantes latinoamericanos es de excesiva vulnerabilidad, esto se debe a las incesantes deportaciones desde Estados Unidos y a las malogradas políticas de asilo", denunció MSF. Más allá de las dificultades en la frontera, la vulnerabilidad de los migrantes incrementa gracias al acceso limitado a servicios médicos, ausencia de higiene en espacios sobrepoblados, violencia e inseguridad alimentaria. Gemma Domínguez, coordinadora de MSF en México, asegura que las políticas que criminalizan la migración, la violencia, la falta de humanitarismo y la persecución de migrantes hacen de la situación un proceso inviable.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las barreras culturales, estigmas, discriminación y la situación jurídica de los migrantes impiden su acceso a campañas de vacunación y servicios de salud. El Portal de Datos Mundiales sobre la Migración explica que el proceso migratorio afecta el bienestar mental y físico de las personas, poniendo en riesgo su derecho humano fundamental a la salud. Esto dificulta su desarrollo social y económico, ya que la falta de bienestar imposibilita su capacidad de trabajo y productividad, evitando así el acceso a una condición de vida digna.
Debido a la pandemia mundial, el riesgo de contraer enfermedades se ha acrecentado dentro de la población refugiada, mayoritariamente varada en Coahuila, Monterrey y Tamaulipas. El 21 de febrero del 2021, la Secretaría de Salud anunció que para atender la crisis sanitaria por Covid-19, los migrantes tendrán acceso a la vacuna dentro del territorio nacional. Aunque no fue hasta el pasado 20 de septiembre del mismo año que comenzó la vacunación de migrantes irregulares en el país; según un informe de la Secretaría de Gobernación.
Todavía no es seguro en qué desembocará la actual crisis migratoria, gran parte de la población está siendo devuelta a su país mientras muchos otros refugiados se han quedado varados en México sin muchas alternativas. Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, manifestó que para atender la crisis es vital invertir en alternativas de desarrollo en Latinoamérica, además de otorgar más visas de trabajo a la población para facilitar sus condiciones de vida y disminuir los riesgos que implican los procesos migratorios.