Ciudad de México,
Judith Moreno
Crédito foto: National Guard Bureau
Los recientes operativos militares de Estados Unidos en Puerto Rico, realizados en paralelo a un despliegue en aguas del Caribe, reactivaron un debate histórico: la imposibilidad del territorio para limitar acciones del ejército estadounidense. Esta condición jurídica sostiene tensiones que resurgen cada vez que la isla es utilizada como escenario bélico.
Desde la semana pasada, una unidad élite de la Infantería de Marina efectuó maniobras anfibias en playas puertorriqueñas, apoyada por helicópteros Bell AH-1Z Viper, UH-1N Twin Huey y vehículos anfibios LCAC. Al mismo tiempo, la Casa Blanca confirmó el envío de cazas F-35 para operaciones contra carteles de la droga en la región.
Puerto Rico permanece bajo soberanía estadounidense desde 1898, con un estatus que lo convierte en territorio no incorporado. Esta categoría le otorga limitados poderes políticos y sin representación plena en el Congreso, lo cual impide detener ejercicios militares decididos desde Washington. Según BBC Mundo, esa falta de autonomía alimenta la desconfianza de comunidades que recuerdan los años de presencia naval en Vieques.
Andrea Malavé, residente de la isla municipio, expresó su rechazo: "No estamos de acuerdo con la presencia militar y, de ser necesario, volveremos a luchar por nuestro pueblo". La activista señaló que, pese a la salida de la Marina en 2003, persiste el temor de un regreso.
También, la gobernadora Jenniffer González Colón respaldó los operativos y afirmó sentirse "orgullosa" de apoyar las acciones estadounidenses. Sin embargo, en el Congreso, la representante Nydia Velázquez declaró: "Ampliar la presencia militar en la isla sería un retroceso histórico: destruiría décadas de lucha del pueblo puertorriqueño y pondría en riesgo la salud y el bienestar de nuestras comunidades con contaminación".
Además, la historia reciente refuerza esas percepciones. Vieques fue ocupada por la Infantería de Marina durante más de sesenta años, con entrenamientos de artillería que provocaron protestas masivas tras la muerte de un residente en 1999. Aunque la salida militar ocurrió en 2003, BBC Mundo recuerda que la limpieza de municiones continúa y se extenderá hasta 2033.
Javier Colón Morera, profesor de ciencia política en la Universidad de Puerto Rico, explicó: "La condición de Puerto Rico como territorio estadounidense hace relativamente sencillo que las fuerzas militares lo usen nuevamente como bastión estratégico en esta crisis con Venezuela". El académico recordó que desde la base Roosevelt Roads partieron operaciones hacia Granada en 1983 y Panamá en 1989.
Igualmente, la ausencia de mecanismos locales para restringir maniobras militares diferencia a Puerto Rico de estados federados, donde legislaciones internas ofrecen mayores márgenes de control. Mientras tanto, las autoridades federales argumentan que el clima tropical y la geografía del archipiélago proporcionan condiciones óptimas para entrenamientos especializados, según un comunicado de la unidad 22nd MEU.
Finalmente, el debate sobre soberanía y seguridad vuelve a colocar al territorio en el centro de tensiones entre objetivos estratégicos de Washington y demandas ciudadanas de mayor autonomía. En Vieques, los residentes mantienen vigilancia ante los movimientos militares. "Siento miedo, un miedo que nunca se fue de Vieques porque no podemos decidir lo que pasa en nuestra casa", señaló Malavé.