Ciudad de México,
Fernanda Toscana
Crédito foto: Maryland GovPics (WikiCommons: CC BY 2.0 (foto sin cambios)
El gobierno de Estados Unidos exhortó a agencias federales y autoridades estatales anunciar nuevos mandatos de vacunación para sus trabajadores. Esto debido al estancamiento de las tasas de vacunación y el alza que presenta el país en contagios de Covid-19 por la variante Delta. Asimismo, el presidente Joe Biden señaló, todos los empleados tendrían que recibir la inmunización y cumplir con protocolos específicos de prevención.
Dicha iniciativa forma parte de una estrategia para incentivar a la vacunación y empresas del sector privado como Google, Facebook y Lyft, secundaron la moción del gobierno estadounidense. De la misma manera, negocios de diversos sectores económicos del país exigen a su plantilla de trabajadores recibir la inmunización, e inclusive piden a consumidores mostrar el comprobante de que recibieron la vacuna.
No obstante, las autoridades federales, estatales y organizaciones han estado trabajando en sinergia para incentivar a los ciudadanos a vacunarse. Regalar boletos para eventos deportivos, billetes de lotería gratuitos, alimentos y bebidas y un sinfín de bienes son otorgados a todos aquellos, quienes presenten su certificado de vacunación. Sin embargo, hasta ahora eso parece no ser suficiente para la población, según comentan expertos, y la administración de Biden planteó; gobiernos locales remuneren económicamente a las personas que reciban la inmunización. Esto con el objetivo de ejercer la presión suficiente a los habitantes para que sean vacunados y así poder reducir la pandemia y los contagios.
Vacunarse significa reducir el riesgo de enfermedad grave y muerte hasta diez veces más, y disminuir el contagio de la infección hasta tres veces más. Es por ellos que los funcionarios de salud apoyan los mandatos de vacunación y los rigurosos protocolos de seguridad propuestos por la administración actual.
Por su parte, los mandatos de vacunación del gobierno de Biden generaron controversia entre los legisladores, quienes no aprueban dichas implementaciones y han intentado introducir una ley que los prohíba. Cabe destacar, especialistas argumentan que estas políticas son altamente divisivas y polarizantes, pero aún así, resultan efectivas en materia de salud. Es importante mencionar, los resultados de una encuesta arrojaron, el 51% de los estadounidenses aprobaron las medidas y tan solo el 14% de ellos declaró nunca usaría una vacuna contra Covid-19.
Respecto a las causas por las cuales algunas partes de la población no quieren recibir la vacuna contra Covid-19, estas se deben mayormente a la desinformación que tienen sobre la gravedad del virus. De igual forma, por miedo a posibles efectos secundarios u alteraciones al ADN, entre muchas otras teorías conspirativas. Lo cual preocupa a las autoridades de Estados Unidos, ya que la variante Delta continúa expandiéndose en el territorio y es altamente contagiosa, además de tener una ventana de transmisión más larga, en comparación a la cepa original.