Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El líder venezolano Nicolás Maduro se enfrenta a las elecciones presidenciales de 2024 en un escenario de notable desgaste político y económico. Tras la muerte de Hugo Chávez en 2013, Maduro asumió el poder y ganó una reñida elección contra Henrique Capriles. Sin embargo, en los actuales comicios, compite contra Edmundo González Urrutia, de la Plataforma Unitaria, en un contexto donde la oposición muestra una clara ventaja en las encuestas por primera vez en 25 años.
Maduro llega al 28 de julio de 2024 debilitado por una serie de crisis internas, incluyendo el hostigamiento a opositores, una economía en declive y la mala gestión de los recursos tras las expropiaciones del sector privado. Este deterioro pone en relieve la negativa del gobierno venezolano de permitir la entrada de expresidentes latinoamericanos, que fungirían como veedores del proceso electoral.
Calificó a una comitiva de expresidentes latinoamericanos veedores del proceso electoral de "ridículos", "racistas y fascistas". Entre los exmandatarios se encontraba el mexicano Vicente Fox, Jorge "Tuto" Quiroga (Bolivia), Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), Marta Lucía Ramírez (exvicepresidenta de Colombia) y Mireya Moscoso (Panamá). El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil de Venezuela blindó el espacio aéreo y de acuerdo al presidente de Panamá, no fue permitido despegar desde Tocumen mientras "ellos" se mantuvieran a bordo.
Ramiro Marra, legislador argentino en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires relató en primera persona cómo fue deportado. El senador Francisco Paoltroni fue otro deportado. En X escribió, "el régimen de Maduro está haciendo todo lo posible para evitar caer". El periodista Jorge Pizzaro también corrió la misma suerte y tras ser demorado en Caracas, finalmente fue deportado.
Desgaste socialista en Venezuela
Mandatarios como Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia) han instado a Maduro a aceptar los resultados en caso de derrota. Andrés Manuel López Obrador (México) se ha mantenido al margen, mientras que el exmandatario argentino Alberto Fernández también sufrió la negativa de entrada a Venezuela, luego de haber sido invitado, por decir que en caso de perder las elecciones, el líder venezolano debía aceptar el resultado.
El desgaste del régimen también se evidencia en la situación económica de Venezuela, caracterizada por hiperinflación, escasez de alimentos y falta de atención médica. Desde la asunción de Maduro, estos problemas solo se agudizaron, con promesas incumplidas de forma sistemática. Luis Cirocco, en un artículo para el Instituto Mises en 2017, sugirió que Venezuela necesita una "revolución intelectual" orientada hacia los mercados y alejada del socialismo profundo.
Argentina como faro
Crisis económica es lo que define a Argentina en tiempos recientes. El rumbo del país se encuentra en una transición opuesta al socialismo a partir de la llegada de Javier Milei. Su impacto no solo mantiene la popularidad, también ilumina otras latitudes. Desde febrero de 2024, Morning Consult mantiene a Milei en segundo y tercer lugar su ranking de popularidad a nivel global.
El desgaste económico, además de afectar a la sociedad, impacta en los mercados de petróleo y uno de los afectados directamente es Estados Unidos. En contraste, Argentina, bajo la dirección de Javier Milei, ha comenzado a recorrer un camino opuesto al socialismo, ganando popularidad y atención internacional. Los venezolanos deciden el 28 de julio de 2024, pese a la embestida oficial, el rumbo del país y desde 2013, es la primera vez que la incertidumbre se apodera de la escena electoral como antesala de cambio. Venezuela se debate si cambiar el rumbo o elegir a Nicolás Madiro por tercera vez.
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